Raúl Molina
El Gobierno de Guatemala prepara la celebración del bicentenario de la Independencia para este 15 de septiembre. Analizado en el contexto histórico de las gestas emancipadoras de América, fue un hecho histórico significativo, porque el territorio centroamericano en su conjunto dejó de ser colonia del imperio español. No obstante, el hecho fue determinado y fue aprovechado sólo por una minoría; el pueblo siguió igual. En el Acta misma de Declaración de Independencia, en su artículo primero, se lee que se decide la emancipación antes de que el pueblo la decrete por sí mismo. Así, se establece la separación entre los que se beneficiaron directamente y quienes deseaban más: el cambio de las condiciones subalternas en que se vivía. En las décadas siguientes, con excepción del período de la Revolución de Octubre de 1944, los Criollos y los extranjeros que se les fueron sumando se han hecho dueños de todo y el pueblo sigue esperando a tener condiciones humanas de subsistencia. Eso, sin duda, no se puede celebrar, aunque sí debe conmemorarse la resistencia del pueblo y la búsqueda de la democracia real en los últimos cien años.
Una situación semejante se vivió en el mundo cuando se acercaba el V Centenario de la llegada de Colón a América. Quienes se beneficiaron con la llegada europea al continente americano querían celebrar la fecha en grande. Surgió, sin embargo, una conmemoración alternativa, desde la perspectiva de los sectores populares y pueblos indígenas, que se dispusieron a celebrar quinientos años de resistencia a la dominación imperial y de las élites. Empezó a desmoronarse la “doctrina del descubrimiento” y se culminó con el otorgamiento del Premio Nobel de la Paz a Rigoberta Menchú Tum. A partir de entonces, se ha venido desarrollando la lucha por la identidad y los derechos de los pueblos indígenas, ratificada por las Naciones Unidas. Hoy, ante la intención de los “poderosos” del país de celebrar el bicentenario, surge la propuesta alternativa -desde la izquierda, los sectores populares y los pueblos indígenas- de conmemorar la lucha por la igualdad, la libertad y la fraternidad, principios enarbolados en las luchas por la independencia de los países de América. Apoyo el documento de trabajo de la URNG, que preliminarmente lleva el nombre de “Campaña nacional contra las celebraciones antipopulares, antipatrióticas y antinacionales que los enemigos del Pueblo de Guatemala tratan de imponer para celebrar los últimos 200 años de destrucción nacional”, que será propuesta al movimiento social y popular, para dar a conocer y demostrar la apropiación indebida del país por la oligarquía y la burguesía. En otros países del continente, desde antes de los bicentenarios respectivos se ha planteado la “segunda independencia”, es decir, la lucha antiimperialista de una región que ha pasado de la independencia política de España a la dependencia económica, cada vez más política, del imperio estadounidense, situación más aguda aún en Guatemala, donde los “poderosos” han regalado la “Patria del Criollo” para ser “colonia bananera”. Me sumo con determinación a la conmemoración alternativa del bicentenario.