El magistrado de conciencia agregó que hay un irrespeto a la separación de poderes con serias afectaciones para el orden democrático y las acciones de acoso y hostigamiento en contra de fiscales, jueces y magistrados independientes. Foto: La Hora/Archivo.

Es tan intensa la acción para controlar la Corte de Constitucionalidad que hasta se habían olvidado del propósito de descabezar la Procuraduría de los Derechos Humanos, destituyendo a Jordán Rodas por ser una permanente voz incómoda para quienes se lucen siendo voz y expresión del Pacto de Corruptos que se manifiesta tan cotidianamente, aunque no exclusivamente, desde el Congreso de la República. Piense nada más que la cancelación del partido UCN, dispuesta, al fin, por el TSE, será sin duda recurrida y dependerá de lo que al respecto resuelva la Corte de Constitucionalidad. Como para que no estén interesados los diputados pertenecientes a ese partido con tanto escándalo por sus relaciones con los narcos, en controlar a la CC.

Resulta que ahora la persecución contra Jordán Rodas se deriva de una denuncia que hace el sindicado Mynor Moto quien se queja de que no fue juramentado como magistrado de la CC porque el PDH no atendió su llamado para que lo acompañara en los días en que se fue a sentar a esa Corte esperando que la misma actuara con la misma “diligencia” que mostró el Congreso con los 82 diputados que votaron para que, a puro tubo y contra la información que mandó el Colegio de Abogados sobre los recursos pendientes, se le tomara nada más y nada menos que juramento de fidelidad ante la Constitución a ese tipo que se ha caracterizado por pasarse la ley por el arco del triunfo con tal de favorecer a los mañosos.

Y ese juez, que cínicamente es hasta calificado como “respetable”, pide ahora, cuando de manera increíble preside la comisión de Derechos Humanos el diputado Álvaro Arzú, que se proceda contra el Procurador porque no se puso a sus órdenes como lo hizo esa mayoría de diputados cuyos nombres pasarán a la historia por lo burdo de su acción en el desesperado esfuerzo por asegurarse el control de la Corte encargada de velar por el orden constitucional.

De suerte que en esa comisión pretenderán crucificar al Procurador de los Derechos Humanos, especialmente gente que no tiene ni idea de lo que son tales derechos porque, para empezar, siempre han creído en la limpieza social y en muchos casos la han alentado como mecanismo que sirve, según ellos, para resolver el problema de la delincuencia de manera tajante.

Son los contrasentidos de la vida. Los que se dicen defensores de la vida por su postura contra el aborto, son los que claman por la muerte de todo el que sea o parezca delincuente callejero.

Redacción La Hora

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