Edith González
“Un inmigrante siempre será un inmigrante”
Anónimo
Iniciado el año, miles de indocumentados caminaron desde Honduras, en lo que llamaron la caravana de migrantes, con destino a Estados Unidos. Algunos usaban cubre bocas y dentro de los que se logró hacerles prueba de Covid 19, se descubrió cerca de 21 positivo a la enfermedad.
¿Se imagina usted a cuántas personas contagiaron en su caminar y especialmente cuando la situación se complicó?
La migración es un derecho pero debe realizarse en orden y siguiendo las normas establecidas por el país de llegada. Sin embargo al no portar un documento de identificación y en muchos casos mostrar un certificado falso de prueba de Covid. No se puede alegar derechos. Es como que una persona ingrese sin su permiso a su domicilio porque quiere avanzar a la casa de atrás. ¿estaría de acuerdo? Y más si no logra llegar, podría quedarse a vivir en su jardín o en su sala.
El gobierno de Guatemala, a través de la policía y el ejército debió actuar para proteger a sus ciudadanos ante los migrantes que desbordaron el cordón de seguridad y pretendieron avanzar por el territorio nacional a rompe y rasga. Y posiblemente contagiando a muchos guatemaltecos.
Las imágenes del abuso de los migrantes, fueron más que evidentes, quienes lanzaron piedras y lo que encontraron a la seguridad que buscaba contener su avance.
El gobierno de Honduras se permitió pedir explicaciones al gobierno guatemalteco. Cuando es el gobierno guatemalteco quien debe solicitar a las organizaciones internacionales su intervención para que el gobierno hondureño atienda a sus ciudadanos y evite estas marchas de migrantes. Además de por lo menos hacerle una llamada de atención.
Se logró contabilizar a 28 niños no acompañados, un niño con parálisis cerebral, que requiere el uso de muletas para caminar y que a decir de sus padres visitarían en Estados Unidos a un médico que lo curaría y volvería a caminar solo, luego de transitar en el territorio de Honduras, Guatemala, México y parte de los Estados Unidos.
Muchas dudas me surgen, porque no se trata sólo de si soportaría, este niño que reveló en Guatemala que estaba muy cansado, esta larga caminata sino si serían recibidos en un hospital y operado en Estados Unidos. Es difícil pensarlo. Ellos como el resto deben exigirle a su gobierno hondureño les brinde atención médica, trabajo y mejores condiciones de vida. Lo que es su obligación.
Después de enfrentamientos con las fuerzas de seguridad de Guatemala, a quienes pusieron en riesgo, por las agresiones y la transmisión del Covid finalmente la mayoría de migrantes fueron regresados a Honduras en autobuses guatemaltecos y otros prestados por el gobierno mexicano. Además recibieron agua, alimentos y algunos kit de medicamentos.
Del gobierno hondureño aún se espera la asistencia a sus ciudadanos.
Se ha comentado que los migrantes, evidentemente tienen la sombra a alguien que los promueve, y les paga, incluso para actuar de manera violenta y enfrentar a las fuerzas de seguridad. Sería bueno que nos dijeran cuánto le costó a los guatemaltecos esta travesía de los migrantes.