Alfonso Mata

alfmata@hotmail.com

Médico y cirujano, con estudios de maestría en salud publica en Harvard University y de Nutrición y metabolismo en Instituto Nacional de la Nutrición “Salvador Zubirán” México. Docente en universidad: Mesoamericana, Rafael Landívar y profesor invitado en México y Costa Rica. Asesoría en Salud y Nutrición en: Guatemala, México, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Costa Rica. Investigador asociado en INCAP, Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubiran y CONRED. Autor de varios artículos y publicaciones relacionadas con el tema de salud y nutrición.

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Alfonso Mata

Un «primo» del coronavirus del SARS, llamado SARS-CoV-2, se propagó desde diciembre de 2019 en el mundo. La cepa ofensiva causa una enfermedad llamada Covid-19, que puede provocar síntomas leves, pero también otros más graves que pueden llevar a la muerte del huésped, sobre todo si es anciano o tiene una o más comorbilidades. Hasta la fecha, la Covid-19 ya ha matado más de dos millones de personas en todo el mundo y se han diagnosticado unos cien millones de casos.

Y ahora la nueva noticia: más contagiosa que la primera cepa de Sars-Cov-2, sin ser más letal, una nueva variante aparece del Reino Unido y en Sudáfrica que ya se está difundiendo a otras partes y quién sabe si lo hará en las mismas proporciones. La pregunta es: ¿atacara a todos por igual o los que ya tuvieron la primera están protegidos? ¿Las nuevas vacunas protegerán contra esa nueva variante? Esa nueva variante podría crecer muy rápidamente y entonces hay que coordinar su mapeo.

Esta variante es mucho más contagiosa e incluso, debería llegar a ser dominante en las pruebas positivas, en un plazo de algunos meses, quizá para medio año si hablamos de «cambio inevitable». Todas las medidas que tomemos ahora para controlarlo, no harán desaparecer al mutante británico que sustituirá al virus actual, dada la situación del sistema de salud que tenemos.

No quiero ser alarmista, pero con esta variante «ni más peligrosa ni más patógena» sino «más transmisible» eso espanta, especialmente si se ve que la campaña de vacunación todavía está en veremos y todo porqué: primero, tanto a nivel nacional como mundial se politizó la pandemia y dos, porque al estar la medicina y la salud comercializada, perdimos el control de la circulación de este virus enfocados en la esperanza de medicamentos y la vacuna y no en una campaña universal de control.

Supongamos que en nuestro país resulta el sistema de salud tan eficiente para controlar esa nueva cepa. En el Reino Unido la mutación tardó entre dos y tres meses en cobrar impulso. Pensemos que a nuestro país llegará en dos meses y que el virus llevará el mismo tiempo en expandirse y a eso sumamos que las medidas sanitarias a la gente cada día les viene más del norte cumplirlas ¿qué podemos esperar?: necesitaremos medidas más estrictas porque la situación rápidamente se volverá bastante crítica. Dado que esta variante es más contagiosa, podría llegar a ser dominante ya en mayo –sospecho. De ser cierta mi apreciación –ojalá no lo sea- El número de casos, no solo detectados sino de muerte, crecerá rápidamente.

No vale –señor gobierno- tranquilizar la situación diciendo que todo está «bajo control» y aunque así fuera, la variante inglesa cambiará la situación. Lo único que podemos hacer es retrasar su propagación y aprovechar este tiempo para vacunar.

Pero para tranquilidad de la población: el accionar de la vacunación debería estar en marcha ya, pues cabe esperar que en el tema de las vacunas, esta mutación del virus inglés, no altera su efectividad, porque afortunadamente –como advierten los expertos, la variante inglesa «no es una variante antigénica sino una variante de comportamiento». Sin embargo, esto no impedirá su avance mientras la campaña de vacunación produce sus primeros efectos en términos de inmunidad colectiva, porque la variante inglesa se trasmite mejor. Es casi inevitable que a largo plazo, esta variante prevalezca sobre las cepas que circulan actualmente. Para mediados de año dominará el mundo.

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