Emilio Matta

emiliomattasaravia@gmail.com

Esposo y padre. Licenciado en Administración de Empresas de la Universidad Francisco Marroquín, MBA de la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile, Certificado en Métodos de Pronósticos por Florida International University. 24 años de trayectoria profesional en las áreas de Operaciones, Logística y Finanzas en empresas industriales, comerciales y de servicios, empresario y columnista en La Hora.

post author

Emilio Matta Saravia
emiliomattasaravia@gmail.com

Hace exactamente un año escribí, con motivo de la toma de posesión del presidente Giammattei, la columna titulada “Un compromiso que se debe tomar en serio”, en la cual hice referencia al discurso del presidente en dicho evento y enumeré los compromisos adquiridos por el mandatario a raíz del mismo. También indiqué que gran parte del éxito de su gestión vendría, no sólo de cumplir con estos compromisos, sino que también de su capacidad para poder estar cerca de la gente, y no rodeado de la rosca que siempre ha mantenido tan cercados a los presidentes.

Poco o nada ha logrado. El presidente hizo un llamado a la unidad nacional, pero no tolera las críticas, como se ha evidenciado en infinidad de videos donde trata con prepotencia y peyorativamente a quienes le hacen preguntas que le incomodan. Su pésima relación con los medios de comunicación que no están alineados con sus criterios da a entender que seguramente su concepto de unión significa forzosamente estar de acuerdo con todo lo que él y su gobierno hacen y, por supuesto, no criticarlo.

En su discurso abordó varios problemas nacionales. La desnutrición crónica infantil que afecta a 1 de cada 2 niños guatemaltecos. Para combatirla creó con gran alarde publicitario la “Gran Cruzada Nacional por la Nutrición”. Sin embargo, qué están haciendo para combatir y prevenir la desnutrición crónica infantil y cómo lo hacen, es un misterio. En la pagina del MSPAS (Ministerio de Salud Publica y Asistencia Social) hay una referencia muy general a dicha cruzada donde enumeran cinco prioridades y que servicios se brindarán en jornadas médicas. Un plan operativo detallado no existe, o por lo menos no lo han hecho público. La corrupción a todos los niveles, otro de los principales problemas que tanto afecta a nuestro país, tampoco ha sido abordado de manera frontal. Crear una comisión presidencial contra la corrupción que depende del mismo Ejecutivo difícilmente es combatir ese mal, ya que los que los principales focos de corrupción en el gobierno han sido tradicionalmente las compras de medicinas y la construcción de obra pública.

También creó el cuestionado centro de gobierno, entidad que usurpó las funciones que la Constitución de Guatemala le asigna al vicepresidente, creando un innecesario conflicto. Ahora que dicha entidad fue cerrada, sus miembros están siendo colocados en ministerios y secretarías, destituyendo a los cuadros técnicos de dichas dependencias. En contubernio con diputados, se aprobó con nocturnidad y alevosía el presupuesto más alto y desfinanciado de la historia, so pretexto de que serviría para reactivar la economía del país, aunque el mismo carecía (y carece) de mecanismos de transparencia y rendición de cuentas. El 21 de noviembre, a menos de dos meses de cumplir un año de gobierno, se dieron manifestaciones multitudinarias pacíficas de rechazo a la gestión presidencial que fueron reprimidas de forma violenta por la policía. Al día de hoy, las principales autoridades de Gobernación aun no rinden cuentas por las acciones violentas que ordenaron contra los manifestantes pacíficos concentrados en la plaza de la Constitución.

El presidente Giammattei se comprometió ser “de ustedes y para ustedes”, refiriéndose a los guatemaltecos. Sin embargo, no lo ha sido. Ha sido el presidente de sus financistas y de su rosca.

Artículo anteriorHRW acusa a Bukele de «socavar las bases democráticas» de El Salvador y fomentar la «impunidad»
Artículo siguienteJuan Luis, cincuenta años después