Walter Juárez Estrada
Se va el año 2020, año que quedará registrado en la historia como el más trágico y traumatizante de los últimos años… con una economía golpeada, desempleo y luto por la pérdida de muchos seres queridos. Este dolor más palpable en las familias de extrema pobreza, y no olvidar el golpe de la naturaleza de nuestros hermanos en las áreas de las Verapaces y el norte del país dónde quedaron sepultados con toneladas de agua, aumentando así la pobreza de esas áreas, en ambos casos el Estado dejo a deber su efectividad de hacer frente a las crisis.
El presidente Giammatei, al inicio de su mandato hizo promesas para salir de la racha que heredó de sus antecesores. Sus promesas sufrieron un bruscos cambios, lo que dejo ver desde el mes marzo cuando se reportó la primera víctima del Coronavirus, lo que lo forzó a recomponer su programa de gobierno, pero sufrió duras críticas al revelarse que había creado el Centro de Gobierno, entre otras instituciones, nombrando a su “allegado” Miguel Martínez, a quién se le atribuyó funciones que por ley le competen al vicepresidente Castillo, quien retó a al mandatario a renunciar conjuntamente, que originó mayor aislamiento entre los funcionarios del ejecutivo y el presidente denuncio que se propiciada un “golpe de estado” sin dar mayores detalles.
Las marchas en las plazas forzaron al mandatario a clausurar el Centro de Gobierno y otras entidades como el PRECOVID y rescindir “a regañadientes” de Martínez. En una conferencia de prensa, juntamente con el vicepresidente Castillo, aseguró que había pedido a sus ministros y funcionarios, a poner a su disposición sus renuncias para analizar quiénes podrían ser confirmados. Es saludable la decisión presidencial. El pueblo espera que el presidente cumpla su palabra, que le dé las funciones a Castillo, que le asigna la constitución política; Y que, en enero reorganice el gabinete, dándole oxigenación a su mandato, removiendo aquellos ministros que llegaron por complacencia y no por capacidad.
Giammatei con serenidad y sin complejos, ni berrinches analizar lo que el pueblo le exigió en las plazas y no creo que su renuncia sea la solución para resolver la grave crisis que tiene el país, y en la que buen parte él la provoco. El mandatario debe cambiar el rumbo de su gobierno y ser drástico en combatir la corrupción que ha sido uno de los grandes males que han tenido todos los gobiernos, que de la ayuda a los pueblos que fueron golpeados por los huracanes, esperando que el 2021 sea un año que dé tranquilidad, que la economía se reactive, que los diputados tengan clara consciencia de elegir a viva voz a magistrados de las Cortes, como lo resolvió la Corte de Constitucionalidad y no plegarse a consignas foráneas, sin operadores políticos como ha sido usual en los últimos eventos, que los Organismos Judicial y el Legislativo, se reivindiquen y tomar en cuenta las protestas en las plazas para bajar la presión popular.