Cartas del Lector

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Julio Roberto Bermejo González

La reconciliación entre el Presidente y el Vicepresidente da un poco de aliento pero ello no quiere decir que efectivamente este abriendo al Vicepresidente un profundo espacio para que actúe con libertad y que los Ministerios y todas las otras entidades atiendan sus instrucciones. El Presidente es un sujeto con reacciones imprevisibles y ojala que se modere para que el Vicepresidente pueda trabajar. El ofrecimiento de que el 31 de diciembre desaparecerá ese funesto Centro de Gobierno. Pone en evidencia que la presión social cumple sus objetivos, porque el Centro de Gobierno era una estructura no necesaria y que tampoco manifestó eficiencia en algún aspecto. Sin lugar a dudas fue creado para tener cerca de si a su “entrañable amigo”, pero no se percató de que su funcionamiento le costó a Guatemala más de Q.400,000.00 mensuales, los que pudieron o debieron haberse utilizado para aliviar la penosa situación que están confrontando los empobrecidos sectores de población afectados por los desastres naturales recientes. Pero como el dinero es de los guatemaltecos hay que gastarlo sin misericordia. En 2 o 3 comentarios que he publicado en “La Hora” he exhortado al presidente Giammattei a que se rebaje el sueldo porque sueldos de Q.160, 000.00 mensuales “lloran sangre” en un país empobrecido y con tantas necesidades a la vista. En otros países de América del Sur han tenido este gesto ante desastres naturales que los han agobiado. El presidente Giammattei pareciera estar muy apegado a ese sueldo y ser insensible al dolor y penuria ajena. Parece que ya se le olvido todo lo que dijo en pasadas campañas electorales cuando afirmó que el sueldo que ganaba el Presidente era excesivo. Procure presidente Giammattei no pasar a la historia como “un hijo de p… mas”. Esta voracidad también se mira en el Congreso de la República y no solo en el Congreso, también en otras dependencias de la Administración Pública. Recientemente, debido a una ineficiente labor periodística se denunció que el alcalde de Mixco, Neto Bran, cobraba Q.60, 000.00 al mes. Evidencia de un político “CANTINFLESCO” que también pretende ser Presidente de nuestro país.

El reclamo social no solo era por la creación del Centro de Gobierno, si el presidente Giammattei cree que con ello se calmó el descontento social está equivocado porque la corrupción no solo está actuando en el Ejecutivo. Está intensamente presente en el Congreso de la República y este organismo que tiene en la Presidencia de la Junta Directiva a un impresentable e incapaz Diputado se ha manifestado corrupto en muchos aspectos y situaciones, principiando con esa aprobación del presupuesto para el 2021 totalmente desfinanciado y con partidas claramente orientadas a la corrupción. Claros ejemplos están en la asignación de una fuerte cantidad de millones para la construcción de un nuevo edificio para el Congreso de la Republica, una idea totalmente absurda e importuno; también, varios millones de quetzales para incrementar esa amplia gama de privilegios de que gozan como dietas, alimentos, bebidas, gasolina, seguro, etc. . Todos estos privilegios deben desaparecer y así lo exige la Sociedad Civil. Es inaudito que en un país con tanta pobreza, con niños que mueren por desnutrición crónica, existan Diputados ignorantes e incapaces que tenga todos estos privilegios. Una reforma también necesaria, es reducir el número de diputados, ochenta sería un número aceptable, pero esto requiere una reforma a la Constitución Política de la República y antes de ello una reforma a la Ley Electoral y de Partidos Políticos. Creo que el pueblo de Guatemala está consciente de que no puede seguir votando por planillas y que tiene derecho a votar por personas a las que pueda conocer por su capacidad, idoneidad y trayectoria política. En la última elección se creyó que porque ingresaron al Congreso un fuerte número de Diputados nuevos el Congreso dejaría para el pasado esa repugnante imagen de corrupción, pero la conducta inescrupulosa y corrupta del conjunto de Diputados no cambió, sino empeoró, los nuevos se amoldaron a la corrupción. Es inadmisible que el Congreso de la República se resista a cumplir el mandato legal de elegir a los miembros de la Corte Suprema De Justicia y Corte de Apelaciones, excluyendo en la nominación a los candidatos con fuertes tachas de corrupción. Los corruptos no quieren dejar de elegir a otros corruptos.

Nuestro país requiere una reforma legal profunda que pueda conducirnos a una reforma estructural que permita un cambio en los ámbitos económico, social, cultural y político. El Congreso actual no debe participar en ello. Los proyectos de reforma deben nacer de la amplia discusión de reconocidos sectores de la sociedad guatemalteca.

Lo anterior solo podrá lograrse si hay una amplia y permanente demanda ciudadana, porque los sectores que usufructúan la corrupción pondrán resistencia. Toda la sociedad guatemalteca debe estar consciente que los cambios que la democratización del país requiere exige que los diversos sectores de la población tengan claro que la lucha debe ser profunda y permanente.

Doctor en Derecho

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