Pedro Pablo Marroquín

pmarroquin@lahora.gt

Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

post author

Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt
@ppmp82

Luis Almagro es un encantador de serpientes que ha entendido que él necesita ser un sirviente de los que ostentan el poder “de turno” con el afán de fortalecer su posición y en Guatemala pretenden que la Organización de Estados Americanos (OEA) los consagre, como a Daniel Ortega en Nicaragua, quien logró bajar la espuma por los abusos cuando llegó la “Comisión de Alto Nivel” que conformó la OEA.

Alejandro Giammattei pretende jugar el papel de víctima cuando no lo es.

Al operador del asqueroso negocio de los PAMPA no le dirán lo siguiente:

Que el Presidente se pasó 3 campañas previas (desde el 2007) queriendo alcanzar la Presidencia, lo que le permitió conocer a profundidad el sistema político del país y saber cómo se compromete a los candidatos mediante el financiamiento y el otorgamiento de espacios para diputaciones, alcaldías, etc.

Que sabiendo eso, él en la campaña pactó con gente de su partido para darles plazas y si a los no electos les dijo “que no los iba a dejar solos y que hablaran con el Ministro de Desarrollo Social”, a los electos les iba a permitir que vía el presupuesto recuperarán lo invertido y con creces.

No le dirán que José Luis Benito iba a ser el Ministro de Comunicaciones y por eso han guardado un enorme silencio por los Q122 millones que están ligados al exministro.

Tampoco le comentarán que el hartazgo de la gente se empezó a formar contra Giammattei cuando, habiendo prometido ser diferente, se alió con Gustavo Alejos, Sandra Torres y otras mafias del Legislativo (como TODOS y UCN cuyos Jefes están señalados por Estados Unidos) para conseguir la elección de la Junta Directiva del Congreso que preside un diputado de VAMOS.

Para lograrlo tuvieron que ofrecer obras (para que otro fuera el que llenara las maletas), plazas y negocios (para muestra el botón de Jorge García de Prosperidad Ciudadana con sus Q22 millones en el Insivumeh), misma receta que siguieron para el Presupuesto 2021 y por eso se desbocaron con los acuerdos porque se sentían muy cómodos.

No le dirán a la OEA que quieren descabezar a la Corte de Constitucionalidad (CC) para que haya más Molinas Barretos porque los que no controlan representan un freno para sus planes. No le comentarán que han trabajado en aceitar a Consuelo Porras que irá a decirle al argentino que todo está en orden porque ella no es independiente, es servil intentando lograr la reelección.

No creo que le dirán a Fulvio Pompeo (al que juzgando por los Pampa también le gustan los “negocios”) que para aplacar La Plaza y mantener los acuerdos de negocios, pactaron con algunos maleantes el incendio en el Congreso pero las cosas les salieron mal, que nunca esperaron tanta gente en La Plaza y que reprimieron porque eso hace ahora la Policía. No importa si en una protesta o un alto por medio de patrulla en la madrugada, este es el efecto de desbaratar a la PNC.

Aquí no hay Golpe de Estado ni nada que se parezca. Lo que hay son pactos entre políticos y particulares que dan asco y que han logrado cabrear de nuevo a la gente – en especial a la de en medio – porque se dan cuenta que no ha cambiado nada.

El diálogo, secuestrado como lo quieren y lo tienen, es un espacio para que el Gobierno lave una cara que al día de hoy se tiene más que sucia y con un poco de sangre tras los eventos del sábado pasado.

Artículo anteriorPueblo comelón de frijoles
Artículo siguienteEnseñémosle a la OEA