Por ello es importante retomar la discusión de un sistema de alertas tempranas. Foto ilustrativa de un rescate en Los Amates, Izabal. Foto La Hora/Conred

Oficialmente el presidente Giammattei reconoció algo que La Hora viene señalando desde hace muchos años, inclusive sugiriendo a anteriores autoridades de Conred el diseño de una estrategia de alertas utilizando la telefonía celular, servicio que se utiliza aún en los puntos más recónditos del país. Dijo el Presidente que urge “poder tener a las poblaciones más preparadas porque la primera respuesta ante un desastre no la dan ni los bomberos, ni la Cruz Roja, ni el Ejército ni el Gobierno. La primera respuesta la hace la propia comunidad” que atiende a sus heridos y debe decirle a la gente, salgamos de aquí porque el río va a crecer. El mandatario no habló de la mayor causa de tragedias que son los deslaves, ya que la gente tiene viviendas en lugares precarios y la autoridad tendría que tener inventario de las familias que viven en constante riesgo.

El caso es que La Hora ha venido insistiendo en la necesidad de crear un sistema de alertas que tenga como herramienta la telefonía celular, tomando en cuenta que las empresas que ofrecen el servicio lo hacen usando frecuencias que son públicas, es decir del Estado, seguramente estarían dispuestas a enviar mensajes cuando se aproxima un fenómeno natural como la tormenta Eta.

En cambio, la cosa funciona burocrática e inútilmente. Se emiten comunicados en un lenguaje poco comprensivo para la población, se supone que los delegados de Conred a nivel departamental y municipal toman medidas preventivas y hasta allí llegó el asunto. No hay un sistema nacional de información y alertas que tenga a la población informada al detalle de los riesgos que puedan correr.

Cuando dirigió Conred Alejandro Maldonado dijo tomar en cuenta la propuesta de La Hora y que las telefónicas estaban dispuestas a ayudar, pero fue removido y quienes han venido después de él no han movido un dedo, seguramente porque no tienen ni la menor idea de lo que significa esa responsabilidad.

Ahora que, otra vez tras la secuela de muerte y destrucción, hasta el Presidente reconoce la necesidad de ese sistema de alertas del que hablamos, hay que poner manos a la obra, abandonando la actitud tan chapina de volver a hablar del tema hasta que venga otra desgracia natural que, cobrando vidas, nos recuerde que Conred es una cacharpa inútil si no dispone de mecanismos adecuados para comunicar a la gente las alertas que son necesarias. Sin ese mapa de lugares de riesgo que tiene que ser actualizado constantemente para prevenir tragedias y salvar vidas. Sin información, una tormenta siempre será fatal.

Redacción La Hora

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