Emilio Matta

emiliomattasaravia@gmail.com

Esposo y padre. Licenciado en Administración de Empresas de la Universidad Francisco Marroquín, MBA de la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile, Certificado en Métodos de Pronósticos por Florida International University. 24 años de trayectoria profesional en las áreas de Operaciones, Logística y Finanzas en empresas industriales, comerciales y de servicios, empresario y columnista en La Hora.

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Emilio Matta Saravia
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La desnutrición crónica infantil que afecta a uno de cada dos niños es, sin duda alguna, uno de los principales problemas de Guatemala. Todos y cada uno de los gobiernos de la mal llamada “era democrática” no han tenido interés siquiera en entender el origen del mismo, ni que decir de intentar darle solución.

Aunque en su discurso de toma de posesión el doctor Giammattei se refirió a que abordaría este problema (la desnutrición crónica infantil) como un compromiso de Estado, al día de hoy no se han realizado mayores esfuerzos para su erradicación, solamente anunciar con bombos y platillos la Gran Cruzada Nacional por la Nutrición. De acuerdo con la información encontrada en la página web del Ministerio de Salud, la cruzada está enfocada en cinco prioridades de atención: prevenir la desnutrición crónica y anemia, reducir la morbilidad y mortalidad materna e infantil, promover la seguridad alimentaria y nutricional de la población guatemalteca, fortalecer en el país los servicios básicos de forma permanente y oportuna y prevenir enfermedades infecciosas y crónicas. También habla de servicios que se brindarán en las jornadas médicas, como el control de crecimiento y desarrollo, vacunación, desparasitación, entrega de micronutrientes, atención médica, control prenatal, planificación familiar, educación preventiva en salud, promoción de huertos demostrativos y agua y saneamiento. Esta cruzada será dirigida por los ministerios de Salud, Desarrollo Social, Educación, Agricultura, Ambiente, y por la Secretaria de Seguridad Alimentaria y Nutricional. Se priorizará en 114 municipios de los departamentos de Huehuetenango, Quiché, San Marcos, Quetzaltenango, Totonicapán, Sololá, Chimaltenango, Alta Verapaz, Chiquimula y Jalapa.

Este magro y superficial esbozo del problema y de cómo resolverlo suena como a una declaración de buenas intenciones nada más, ya que el mismo es muy complejo y darle solución lo es aún más. Se debe iniciar por convertirlo en una política de Estado que trascienda gobiernos, para lo cual se debe desarrollar una estrategia de comunicación integral y focalizada para generar en las comunidades la preocupación social por el mismo. Al lograr la generar una concientización del problema en las comunidades y volverlo un tema importante, el mismo se convierte en parte central de la agenda de los políticos, tanto a nivel local como nacional. El programa de nutrición debe estar a cargo de instituciones que sean independientes del gobierno, y que además tengan amplios conocimientos técnicos sobre el tema, ya que poner este programa en manos de ministerios donde existe tanta corrupción a todo nivel es un gravísimo error, ni que decir de la casi segura intervención de los delegados del Centro de Gobierno, que en este caso serían al menos cinco, por la cantidad de ministerios a cargo del programa.

El problema de la desnutrición crónica infantil, tan pertinaz en Guatemala, es cada vez es más grave. Naciones en las que sus Estados están realmente comprometidos con sus habitantes, han sido capaces de erradicar por completo esta enfermedad.

¿Por qué no comprometemos a nuestro Estado a eliminar de una vez por todas esta enfermedad que tanto daño nos ha hecho?

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