Sandra Xinico Batz

sxinicobatz@gmail.com

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Sandra Xinico Batz
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Guatemala no es un país libre.
Otro 15 de septiembre de puras simulaciones de soberanía y nacionalismo racista ahistórico, que sigue reproduciendo la falacia de que este es un país independiente. Lo que gobierna período tras período es la impunidad. ¿Cómo puede ser un país soberano e independiente mientras reina la injustica, el hambre y la desigualdad?

La corrupción carcome la institucionalidad del Estado rayando en lo inaudito y las leyes son feroces contra los grupos sociales empobrecidos (que conforman la mayoría del país), pero completamente complacientes con los ricos. Se presume constantemente que Guatemala es un país democrático, porque elige cada cuatro años presidente; parece que de esto se trata toda la “democracia” que conocemos, porque acá imperan cotidianamente la infamia y la ignominia, cuyo resultado de cada período de gobierno es más pobreza.

¿Cuánto ha cambiado el país en 30 años?
Ayer se cumplieron 30 años del asesinato de Myrna Mack, el Ejército de Guatemala la asesinó por el trabajo que realizaba y que evidenciaba las atrocidades cometidas por este. Ayer la policía detuvo al periodista independiente Sonny Figueroa, esto se da unos días después de haber publicado junto con Marvin Del Cid una investigación sobre “Los rostros y perfiles del Centro de Gobierno”, en el que se evidencia como en tan solo 8 meses el Gobierno ha pagado más de Q2.5 millones a los trabajadores de esta entidad, cuyo director Luis Miguel Martínez Morales, devenga un salario de más de 40 mil quetzales. Ambos periodistas han sido acosados por el Gobierno y en distintas ocasiones el presidente Giammattei ha arremetido en su contra por el trabajo periodístico que realizan, que le incomoda porque evidencia la corrupción y su nefasta administración.

“La justicia es como las serpientes; solo muerde a los descalzos”
Ayer la defensora q’eqchi’ María Cuc Choc fue enviada a juicio oral y público, sin que hubiese pruebas de que haya cometido algún delito. El Estado racista la criminaliza por defender su territorio del extractivismo, por defender los derechos humanos de las mujeres y de su pueblo. Esta decisión fue tomada por el juez Aníbal Arteaga, quien en distintas ocasiones ha favorecido a las empresas extractivas en la región de Izaba y ha criminalizado a las pobladoras y los pobladores.

La situación del país es crítica; no hay ninguna independencia que celebrar, porque esta no existe para nuestros pueblos. No es que estemos regresando a los ochentas, pues la realidad no cambió. No puede haber paz mientras miles de personas mueres de hambre. Guatemala es un país rico, pero la riqueza está concentrada en unas cuentas manos, que además controlan el Estado.

¿Cómo esperar respeto a los derechos humanos por parte de un presidente que ha cometido ejecuciones extrajudiciales?

En la dictadura de la impunidad gobiernan criminales, vapulean periodistas, despilfarran millonadas de dinero mientras las cifras de desnutrición aumentan y criminalizan a las defensoras y defensores de derechos humanos.

En Guatemala no hay paz ni independencia. Sobrevivimos en un país esclavizador.

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