Fernando Mollinedo

mocajofer@gmail.com

Guatemalteco, Maestro de educación primaria, Profesor de segunda enseñanza, Periodista miembro de la Asociación de Periodistas de Guatemala, realizó estudios de leyes en la Universidad de San Carlos de Guatemala y de Historia en la Universidad Francisco Marroquín; columnista de Diario La Hora durante 26 años, aborda en sus temas aspectos históricos, educativos y de seguridad ciudadana. Su trabajo se distingue por manejar la palabra sencilla y coloquial, dando al lector la oportunidad de comprender de modo sencillo el universo que nos rodea. Analiza los difíciles problemas del país, con un criterio otorgado por su larga trayectoria.

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Fernando Mollinedo C.

Abordo dos temas, el primero con relación a la nueva “normalidad” vista desde aspectos tan particulares en sus respectivos intereses. PRIMERO: En relación con el tema agrario, la élite económica del país clamó, gritó y manifestó su interés por volver a lo que era nuestra normalidad, es decir, volver a las condiciones de vida anteriores en sus diferentes manifestaciones: trabajo, transporte, jornadas laborales, estudio, comercio, turismo, viajes domésticos y al extranjero.

¿Cómo pretender una nueva normalidad en el sector agrario cuando no hay condiciones nuevas que se diferencien de la anterior? Sigue la explotación de las necesidades vitales de los campesinos, con salarios regateados, trabajo mal pagado que induce a la miseria, el requerimiento legal convertido en limosna para la cancelación de prestaciones laborales lo que induce a la violencia; ¿esa es la nueva normalidad que desean los dueños de la tierra? Y ¿para qué? sí es la misma normalidad de siempre.

En realidad, EL SECTOR AGRARIO SI DESEA UNA NUEVA NORMALIDAD CONSISTENTE EN: 1) La creación por parte del Organismo Judicial de los Juzgados Agrarios como parte de la nueva normalidad, para dirimir asuntos de conflictividad de la tierra, 2) Creación de un Código Agrario que contemple derechos y obligaciones de los propietarios, poseedores y usufructuarios de la tierra, 3) Creación de una Fiscalía especializada en temas agrarios, y mientras tanto, 4) Fijación de un salario mínimo adecuado a la realidad económica del agro.

Esa sería una verdadera nueva normalidad que daría certeza jurídica a todos los actores del sector agrario, desde campesinos hasta terratenientes, con lo cual se lograría un clima de respeto hacia los fallos judiciales, circunstancia que, en definitiva, derivaría en la tan ansiada paz.

Envío un respetuoso saludo a los pobladores del municipio de IXCAN por cumplir 35 años de haber sido creado por medio del Decreto 722-85 asignándole una extensión de 1,574 kilómetros cuadrados.

SEGUNDO: Los adultos MAYORES DE 60 AÑOS NO NECESITAMOS DE LA “RECOMENDACIÓN PRESIDENCIAL” para que nos limiten el derecho de libre locomoción ni que nos impongan horarios especiales para ir a determinados lugares. ¿A cuenta de qué cualquier persona me tiene que indicar un horario para ir a donde yo quiera en uso legítimo de mi derecho?

Exigimos que se respete nuestra libertad total de libre locomoción de acuerdo con lo estipulado en el primer párrafo del artículo 26 la Constitución Política de la República de Guatemala. Salvo, por supuesto, la restricción del toque de queda, pero de ahí en adelante NINGÚN HIJO DE… Suripanta, puede imponernos horarios para ir a cualquier lugar a desayunar, almorzar, cenar o ir al habitáculo receptivo de materiales de desechos sólidos, líquidos y gaseosos.

En todo caso, el derecho de admisión puede funcionar en los locales comerciales que estén dentro de un centro comercial, cuyos propietarios deciden con criterio subjetivo a quien se le permite la entrada, pero en ningún caso ello habilita la discriminación. Esa “recomendación” presidencial NO ES UNA ORDEN, que quede claro.

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