Amy Goodman y Denis Moynihan
La Convención Nacional Demócrata oficializó a Joe Biden como candidato presidencial del Partido Demócrata para las elecciones de noviembre. Durante la votación nominal, efectuada de forma virtual a causa de la pandemia, representantes de 57 estados y territorios estadounidenses declararon sus totales de delegados para Bernie Sanders y Joe Biden, cada uno desde un entorno icónico que destacaba su región. Los delegados indígenas estadounidenses de Dakota del Norte, Dakota del Sur y Nuevo México saludaron a los espectadores en sus lenguas nativas. Delegados afroestadounidenses hablaron desde la Plaza Black Lives Matter en Washington DC y el Puente Edmund Pettus en Selma, Alabama.
Sin embargo, la espectacular celebración de la diversidad del Partido Demócrata también destacó la fractura entre la dirigencia del partido, de posturas centristas, y el ala progresista emergente. Sí, todas las delegaciones declararon con entusiasmo a Joe Biden “el próximo presidente de Estados Unidos”. No obstante, el total de delegados de Bernie Sanders, 1.151, en comparación con los 3.558 de Biden, indica que persiste una división ideológica significativa.
Dos voces del ala progresista tuvieron la oportunidad de expresarse durante algunos minutos de transmisión en el programa del martes por la noche: la congresista Alexandria Ocasio-Cortéz y el activista a favor de Medicare para todos Ady Barkan.
Ocasio-Cortéz, más conocida como ”AOC”, transformó la política del Partido Demócrata con su sorpresiva victoria en las primarias de 2018 contra el poderoso demócrata Joe Crowley, que llevaba diez mandatos en funciones. La victoria de AOC demostró el poder de la organización de base junto con las posiciones políticas progresistas para energizar a un electorado joven y diverso. A Ocasio-Cortéz se le habían concedido 60 segundos para su discurso en la Convención, pero ella habló 90: “Buenas noches, bienvenidos y gracias a todos los que están aquí hoy, esforzándose por construir un futuro mejor y más justo para nuestro país y nuestro mundo. En fidelidad y gratitud al movimiento popular de masas que trabaja para establecer los derechos sociales, económicos y humanos del siglo XXI, incluida la atención médica garantizada, la educación superior, salarios dignos y derechos laborales para todas las personas en Estados Unidos. Un movimiento que se esfuerza por reconocer y reparar las heridas de la injusticia racial, la colonización, la misoginia y la homofobia y proponer, construir y reimaginar sistemas de inmigración y política exterior que se alejen de la violencia y xenofobia de nuestro pasado; un movimiento que se da cuenta de la brutalidad insostenible de un sistema económico que recompensa las explosivas desigualdades de la riqueza para unos pocos a expensas de la estabilidad a largo plazo para muchos, y que organizó una histórica campaña de base para recuperar nuestra democracia, en una época en la que millones de personas en Estados Unidos estamos buscando soluciones profundas y sistémicas para nuestras crisis de desalojos masivos, desempleo y falta de atención médica”.
La declaración de Ady Barkan también fue pregrabada, pero por otra razón: se está muriendo de esclerosis lateral amiotrófica. Barkan, abogado y activista israelí-estadounidense formado en Yale, fue diagnosticado con esa enfermedad en 2016 a la edad de 32 años y sufrió una creciente degeneración nerviosa, atrofia muscular y parálisis. Ya no puede hablar, por lo que redacta sus discursos con anticipación, utilizando una voz sintética de computadora: “En medio de una pandemia, casi cien millones de estadounidenses no cuentan con cobertura médica suficiente. E incluso un buen seguro de salud no cubre necesidades esenciales como como tratamientos a largo plazo. Nuestros seres queridos están muriendo en hogares de ancianos inseguros, el personal de enfermería está abrumado y desprotegido y nuestros trabajadores esenciales son tratados como prescindibles. Vivimos en el país más rico que existe. Y aun así no logramos garantizar este derecho humano básico. Todas las personas que viven en Estados Unidos deben recibir la atención médica que necesitan, independientemente de su situación laboral o su capacidad de pago”.
Ady Barkan abogó por Medicare para todos sin nombrarlo, aunque por lo general lo hace, tal vez porque Joe Biden prometió que, de llegar a ser presidente, iba a vetar cualquier proyecto de ley de Medicare para todos que llegara a su escritorio. Poco después de que se transmitiera su discurso pregrabado, Barkan tuiteó: “Necesitamos elegir a Joe Biden para dar el siguiente paso hacia el programa Medicare para todos. ¿Y después del 4 de noviembre? Vamos a poner un proyecto de Ley en su escritorio”, tuiteó Barkan.
¿Va el Partido Demócrata a desdeñar las demandas de su ala progresista más joven y cada vez más diversa? Lo va a intentar.
Esta semana, el Comité Nacional Demócrata retiró silenciosamente de la plataforma partidaria su compromiso de eliminar los subsidios y las exenciones fiscales para la industria de los combustibles fósiles y declaró que había aparecido en el borrador de la plataforma de este año “por error”, a pesar de aparecer en la plataforma de 2016 y contar con el apoyo de Biden y su compañera de fórmula, la candidata a la vicepresidencia Kamala Harris.
También esta semana, la campaña de Biden denunció a la respetada activista musulmana de origen palestino-estadounidense Linda Sarsour, después de que ella saliera en la transmisión en vivo de la Asamblea de Delegados Musulmanes y Aliados, un evento paralelo a la Convención Nacional Demócrata. Sarsour ha luchado públicamente contra el racismo, la xenofobia, la islamofobia y el antisemitismo. También apoya el movimiento de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) a favor de los derechos de los palestinos. Un portavoz de Biden afirmó que este “obviamente condena los puntos de vista [de Sarsour] y se opone al movimiento de Boicot, Desinversión y Sanciones”.
Ady Barkan utilizó su cuenta de Twitter para solidarizarse con Sarsour: “Digo esto como judío y ciudadano israelí… la campaña de Biden emitió una declaración vil y deshonesta contra mi amada hermana Linda Sarsour, una firme defensora de la justicia y la libertad, así como una líder en la lucha contra el racismo y el antisemitismo. La campaña de Biden debe retractarse y ofrecerle disculpas”, tuiteó.
Si Joe Biden ignora, desmoraliza o se aparta activamente de su base progresista, podría allanar el camino para otra victoria de Donald Trump, en lo que el intelectual Noam Chomsky ha llamado “la elección más crucial en la historia de la humanidad”.