Juan Antonio Mazariegos
Conforme avanzan las distintas iniciativas que buscan finalizar el proceso para validar la vacuna que permita la erradicación del SARS COVID 19, se extiende la discusión en el mundo al respecto de si la misma será obligatoria o no para todos los ciudadanos y desde ya se discuten razones científicas, éticas, ideológicas, religiosas y de otra índole para la aceptación o no, por parte de la población a ser vacunados.
De conformidad con la Organización Mundial de la Salud, se dejará como decisión de cada país el volver obligatoria o no la vacuna. En Guatemala la Comisión de Salud del Congreso de la República, desistió esta semana de la enmienda a la iniciativa de ley de vacunación con la que buscaban que las vacunas para pandemias, como la del Covid-19, fueran obligatorias, indicando el Presidente de dicha comisión que presentarán una enmienda que permita a las personas argumentar motivos religiosos, entre otros, para no vacunarse ni vacunar a sus hijos menores de edad. Además, en el dictamen se deja abierta la posibilidad para que los adultos no se vacunen por decisión propia.
En otros países las discusiones son de otra índole, como por ejemplo la discusión que existe en España sobre si los beneficios de la vacuna son mayores a sus riesgos y una encuesta realizada por el Instituto Carlos III arrojó que hasta un 30% de los españoles encuestados no se vacunarán por esa razón. El gobierno Australiano, por su parte y a través de su Primer Ministro ha declarado que la vacuna será obligatoria y gratuita para sus 25 millones de ciudadanos y que incluso su gobierno velará por que otros países cercanos a Australia tengan también acceso a esa vacuna con el propósito de asegurar la erradicación de la enfermedad.
La mayoría de artículos escritos por inmunólogos refieren que la vacuna debería ser obligatoria y que solo la misma podrá acabar con la pandemia. ¿Qué porcentaje de la población debe de vacunarse obligatoriamente para lograr ese objetivo?, sin duda hay muchas opiniones, en Italia indican, según algunos artículos que el 80% de la población debe ser vacunada para lograr la inmunidad colectiva. Sin embargo, alrededor del mundo existe un mayor consenso en cuanto a la obligatoriedad de vacunación a los grupos de riesgo como profesionales de la medicina, personal paramédico, ancianos, enfermos crónicos y fuerzas de emergencia y seguridad del Estado, dada esa condición de salud o de exposición que aplica a cada grupo.
Pocas cosas nos han sometido a un ejercicio de responsabilidad colectiva tan grande como la pandemia que vivimos, por supuesto, al amparo de esa responsabilidad y sin necesidad de que sea obligatoria, deberíamos vacunarnos. No menos importante, es la libertad de las personas a considerar lo que es bueno o no para ellas, en función de las razones que deseen exponer. Lamentablemente, el escuchar hablar de esas discusiones debe previamente pasar por un ejercicio de ubicación, no tenemos la capacidad económica o logística como país, para adquirir 18 millones de dosis o un 80% de las mismas, pasará mucho tiempo para ello, en consecuencia, debemos buscar proteger en primera instancia a los grupos de riesgo, al personal médico y a las fuerzas de seguridad y de servicios del Estado, para Nosotros no será cuestión de decisión filosófica si no de inteligencia y de optimizar nuestros recursos en benefició de quienes más lo necesitan.