Gladys Monterroso

licgla@yahoo.es

Abogada y Notaria, Magister en Ciencias Económicas, Catedrática de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de San Carlos de Guatemala, Diploma otorgado por la Corte de Constitucionalidad en 2005, como una de las Ocho Abogadas Distinguidas en Guatemala, única vez que se dio ese reconocimiento, conferencista invitada en varias universidades de Estados Unidos. Publicación de 8 ediciones del libro Fundamentos Financieros, y 7 del libro Fundamentos Tributarios. Catedrática durante tres años en la Maestría de Derecho Tributario y Asesora de Tesis en la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

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Gladys Monterroso

“Aquellos que pueden hacerte creer absurdidades, pueden hacerte cometer atrocidades”. Voltaire

En nuestra sociedad, cuando una persona se encuentra en todos los lugares posibles, se le dice coloquialmente que es el pino de todas las fiestas, así se visualiza Joviel Acevedo, uno de los personajes más funestos, que ha acompañado a muchos políticos.

Lo importante acá, estriba en determinar que ha hecho este señor por el país, además de ser el brazo politiquero de la mayoría de los gobernantes del pasado reciente de nuestra alicaída sociedad, ha sumado un verdadero ejercito de “maestros”, que acuden inmediatamente a su llamado, llenando calles y avenidas, dejando a millones de infantes sin uno de los pilares del desarrollo de una sociedad que se precie de serlo, como lo es la educación.

¿Cómo son los maestros jovelianos? Se encuentran enquistados en las escuelas, siendo irresponsables con la educación de niños y adolescentes, y los responsables del fracaso de la educación en el país, si este se encuentra en picada en relación al sistema educativo, se lo debemos a ellos, ser maestro no es fácil, se requiere ante todo de vocación, con un alto grado de abnegación, y desafortunadamente nuestros “maestros” carecen de estas calidades.

Si el sistema educativo del país es un lastre, un alto porcentaje de responsabilidad lo tiene el Ministerio, y lo demás se encuentra repartido entre Acevedo y el enjambre de “maestros” que le sigue, nos encontramos entre dos fuegos, más si a estos sumamos un tercero, la pobreza nuestra que campea desde hace muchos años, con el objetivo que nunca salgamos del atraso en el que vivimos.

Uno de los elementos más importantes de nuestro arcaico sistema, se llama Joviel Acevedo, gracias a él y a su ejército no deliberante, este país no logra salir del subdesarrollo en el que se encuentra, sumado a lo anterior, Acevedo a negociado con todos los presidentes para lograr objetivos personales, que vende a los “maestros” como logros para ellos, pero los logros traducidos en beneficios económicos y de poder son para Acevedo.

A lo largo de la historia reciente, lo hemos visto dando el espaldarazo de apoyo a diferentes presidentes, a partir que este pseudo dirigente, y gracias a la negligencia de los “maestros” se entronizara en la “dirigencia” magisterial, han ganado los diferentes presidentes y los maestros, pero ha perdido la niñez, la adolescencia y la sociedad en general, porque cuando se privilegian los intereses personales sobre los generales, suelen haber importantes ganancias para unos y nada para otros, llamándole ganancias no a un beneficio económico, acá se trata de un beneficio social de suma importancia, pero relegado para beneficio de las elites económicas, a quienes Acevedo ha servido muy bien.

Mal ha pagado este personaje a la sociedad que le dio educación y a la dirigencia a la que perteneció, porque no ha cumplido con los principales deberes éticos a los que se debe, coherencia, equilibrio, entrega y respeto, a lo largo de un enriquecimiento y empoderamiento gracias al beneplácito de 1) La clase económica a quien le conviene que el país no salga de analfabetismo en el que ha vivido por años, 2) La clase politiquera que necesita un brazo que evite que el futuro se desarrolle por medio de la niñez y adolescencia, y 3) Los “maestros” que necesitan seguir recibiendo un salario seguro por no cumplir con sus obligaciones mínimas: brindar educación por vocación.

Giammattei, como tantos otros no escapó del embrujo de Acevedo, y así como sus antecesores, ya recibió la bendición de uno de los mercaderes de la cultura en el país, el que ha vendido desde los ochenta a todas las generaciones para que no salgamos del hoyo en el que cada día nos hundimos más, para eso ha servido Acevedo, para entregar a los poderosos el futuro de un país al que ha traicionado, con el que acumula una gran deuda, hoy imposible de pagar.

Por todo lo anteriormente expuesto, Acevedo no necesita ser Presidente, lo ha sido sin presentarse a elección alguna, y por décadas, gracias señores expresidentes (con minúsculas) por pactar con el diablo a cambio de un mínimo de tranquilidad.

licgla@yahoo.es

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