Oscar Clemente Marroquín
ocmarroq@lahora.com.gt
Ayer me comentaron que el Presidente había dicho que en el tema de que él se iba a dedicar a gobernar dejando que en lo relativo al coronavirus cada quién decida si se contagia o se salva, su expresión fue sacada de contexto y que él en ningún momento dijo que estaría lavándose las manos de la responsabilidad que le corresponde como Presidente en el tema de la Salud Pública. Curiosamente, en la misma oportunidad, dicen que dijo que en el tema de las Cortes él no se iba a entrometer porque ya hace cuatro años a otro presidente le cayó duro por el enfrentamiento con la CC y que él no va por ese camino.
Llama la atención esa forma de no encarar responsabilidades y asumir los hechos como son. En el primer caso todo ocurrió durante un encuentro con los Alcaldes, realizado virtualmente desde la Casa Presidencial, y los medios publicamos hasta el video en el que aparece el presidente haciendo la afirmación. Textualmente dijo “Una de las cosas es que hemos perdido el tiempo, no porque no queramos, sino porque nos hemos mantenido ocupados con el tiempo del coronavirus. Yo, gracias a Dios, ya voy saliendo de ese tema para poder tomar el de gobernar el país. Ya le trasladamos la responsabilidad a la gente, si se quiere cuidar se cuidan, si no, les sacamos tarjeta roja. Hoy sí ya es problema de la gente”.
Se ve que no hay forma de recurrir al socorrido argumento de que las declaraciones de uno fueron sacadas de contexto. Fue una afirmación detallada y clara sobre sus prioridades y cómo él, que se mantuvo ocupado con el tema del coronavirus por tanto tiempo, decidió que ya es momento de dedicarse a gobernar el país porque se le trasladó la responsabilidad a la gente que, si se quiere cuidar lo hará y si no recibirá tarjeta roja. La última expresión, la de la tarjeta roja podría haber sido un error suyo si es que quería hablar del semáforo rojo, pero decir tarjeta roja se asocia, por necesidad, con la expulsión que decretan los árbitros en el fútbol.
El otro tema es más preocupante porque implica un esfuerzo por tapar el sol con un dedo. En efecto, Jimmy Morales inauguró la autopista del rechazo a las resoluciones judiciales y por ello ha sido criticado, pero no olvidemos que el presidente Giammattei convocó a sus aliados en el Congreso y a otros sectores a la ya célebre reunión de Santo Tomás donde se discutió el plan que cobró vida cuando la Fiscal General Consuelo Porras presentó la tanda de antejuicios que tiene la finalidad exclusiva de que los micos se den la cola para dejar a la Corte de Constitucionalidad sin alero y condenada a que el dinero que compra los votos en el Congreso reúna los suficientes para declarar con lugar el antejuicio y permitir la captura de los magistrados sindicados por la titular del MP.
Creo que es importante que uno asuma las consecuencias de sus palabras y de sus actos. Si se cometió un error hay que admitirlo y enmendarlo, pero esa cantaleta de salir siempre con que sus palabras fueron sacadas de contexto, es decir culpar a la prensa por las consecuencias que tienen sus palabras, es una vieja treta que ya nadie se traga.