Jorge Morales Toj
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Recientemente el presidente Alejandro Giammattei visitó a autoridades indígenas ancestrales de Pueblo Maya Ki’che’ de Santo Tomas Chichicastenago, del departamento de Quiché, la Alcaldía Indígena de Sololá y a las Autoridades indígenas de San Juan Comalapa Chimaltenango. La visita a autoridades indígenas es un gesto de buena voluntad de parte del gobierno y un buen intento por generar un acercamiento para un mayor conocimiento de las autoridades indígenas de país y sobre todo de sus demandas y propuestas. Deberá seguir recorriendo el país, para continuar ese diálogo con otras autoridades indígenas de otros pueblos.
Tomando en consideración, que las relaciones de pueblos indígenas y el Estado siempre han estado en constante tensión y confrontación, porque a lo largo de los siglos se instauró un Estado racista y excluyente que ha sometido a los pueblos indígenas por siglos, parece una buen gesto la actitud del Presidente.
Cabe destacar la altura y la diplomacia de los pueblos indígenas y sus autoridades en el recibimiento y atención al Presidente de la República. Pudimos seguir a través de medios de comunicación y redes sociales el protocolo de los pueblos indígenas y la exposición de sus demandas.
Uno de los momentos un poco tensos, se evidenciaron en Comalapa, especialmente cuando se abordó el tema de la minería. Cuando el presidente preguntó si había minería en Comalapa, la respuesta de la autoridad indígena fue contundente: ¡Aquí no hay y no queremos la minería!. El presidente no se vio muy satisfecho con la afirmación de la autoridad indígena.
Sobre el tema de la minería, hace algunos años, en una visita oficial a Guatemala el Relator Especial para Pueblos Indígenas de la ONU James Ayana dijo: “que es necesario avanzar en el logro de un entendimiento común mínimo del contenido y el alcance de los derechos de los pueblos indígenas y de las repercusiones que tienen esos derechos en la conveniencia o viabilidad futuras de las industrias extractivas en los territorios indígenas o en proximidad de ellos, de la naturaleza de la responsabilidad de los Estados de proteger los derechos de los pueblos indígenas en ese contexto…”
La intención del Presidente de la República de escuchar a las autoridades indígenas y juntos impulsar las reformas al Fondo de Desarrollo Indígena Guatemalteco FODIGUA, me parecen correctas. El FODIGUA tiene que ser rescatado, reestructurado y fortalecido en beneficio de los pueblos indígenas. Ese criterio debería seguirse para la Defensoría de la Mujer Indígena DEMI, La Comisión Presidencial Contra la Discriminación y el Racismo CODISRA. Todas deben ser revisadas y redireccionadas en favor de los pueblos indígenas, enfatizando que esas instituciones son productos de las luchas y reivindicaciones de los pueblos y producto de los Acuerdos de Paz. Asimismo, debe preverse la reconversión de otras entidades gubernamentales para atender las peticiones y los derechos de los pueblos indígenas relacionados a la tierra, desarrollo agrícola, medio ambiente y recursos naturales.
Señor Presidente, es momento que usted honre y cumpla lo que dijo 14 de enero. En esa ocasión, en su discurso afirmó: “es momento de reconocer a los olvidados y dentro de esos olvidados están los grupos indígenas, garífunas y xincas que han estado al margen del desarrollo y sí los hemos marginado, los hemos excluido, los hemos discriminado” y dijo: “me comprometo a trabajar por ustedes, que sus derechos se respeten y que logremos juntos la unidad de la nación”.