Mariela Castañón

mcastanon@lahora.com.gt

Licenciada en Ciencias de la Comunicación, once años de ejercicio periodístico en la cobertura de niñez, juventud, violencias, género y policiales. Becaria de: Cosecha Roja, Red de Periodistas Judiciales de América Latina, Buenos Aires, Argentina (2017); Diplomado online El Periodista de la Era Digital como Agente y Líder de la Transformación Social, Tecnológico de Monterrey, México (2016); Programa para Periodistas Edward R. Murrow, Embajada de los Estados Unidos en Guatemala (2014). Premio Nacional de Periodismo (2017) por mejor cobertura diaria, Instituto de Previsión Social del Periodista (IPSP). Reconocimiento por la "cobertura humana en temas dramáticos", Asociación de Periodistas de Guatemala (2017). Primer lugar en el concurso Periodístico “Prevención del Embarazo no Planificado en Adolescentes”, otorgado por la Asociación Pasmo, Proyecto USAID (2013).

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Mariela Castañón
mcastanon@lahora.com.gt

Duele mucho ver la realidad de nuestro país y la situación de los pacientes con COVID-19, que no tienen acceso a la salud de calidad y cuidados dignos. Mientras que el personal médico y de enfermería, se enfrentan a condiciones precarias y a riesgos altos de enfermarse.

Es preocupante ver como como cada día el Ministerio de Salud informa sobre los nuevos casos y el número de personas muertas, esto se lo debemos a un Estado ineficiente que no fue capaz de plantear desde hace algunos meses, una hoja de ruta que permitiera buscar respuestas a las necesidades que se presentarían.

Sí bien es cierto, durante décadas hemos tenido un sistema de salud obsoleto, por la falta de compromiso y la imperante corrupción de los gobiernos de turno para no hacer absolutamente nada, tampoco se ha visto una respuesta ágil y oportuna.

Se empezó mal al colocar a personas carentes de idoneidad en puestos clave como la cartera de Salud y después pasar cadenas o mensajes, con el mismo discurso todas las noches, sin soluciones ni aportes de absolutamente nada. Después traer a otras personas para limpiar la cara al gobierno y tampoco hacer absolutamente nada, más que ser la imagen. Imagen que al final a los guatemaltecos no nos sirve de nada.

Mientras tanto, los pacientes hacinados en los hospitales temporales y públicos, algunos durmiendo en el piso, otros sentados en una silla esperando un poco de atención y dignidad, sin condiciones de higiene mínimas, tratos adecuados y asistencia integral.

En esta coyuntura ha destacado el trabajo de todo el equipo de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH) que ha evidenciado la situación de los pacientes, las realidades del personal médico y de enfermería que están expuestos a riesgos. Gracias a este equipo hemos tenido información de primera mano para conocer esa realidad difícil de asimilar.

Por otro lado, el personal médico ha venido implorando condiciones para laborar, han destacado que los hospitales están rebasados en su capacidad y que la situación cada vez empeora, estos héroes y heroínas que están en la primera línea de riesgo deben ser escuchados y sus necesidades atendidas. Sus necesidades son las necesidades de la población.

Duele mucho pensar en la situación de la gente que está a punto de morir y necesita traslado a un hospital (aunque los públicos y privados están completamente llenos), necesita transportarse, pero nadie quiere realizar esa diligencia por el estigma (un servicio de ambulancias sería oportuno).

En otros casos, hay pacientes que tampoco tienen dinero ni siquiera para adquirir el tratamiento mínimo, o puede tratarse en su casa y no sabe cómo; probablemente aquí sí habría sido útil informar a la población sobre que debe tomar y qué dosis, para evitar el hacinamiento de los hospitales, pero lamentablemente nos estuvieron transmitiendo cadenas con el mismo discurso, sin información útil.

Ahora que la situación se agudizó, deben actuar pronto, destinar los fondos sin corrupción, buscar alternativas útiles para los pacientes, las familias afectadas, el personal médico del área pública, y también facilitar el trabajo a los hospitales privados que están haciendo pruebas y tratando a pacientes. Tenemos tanto que agradecer al personal médico del área pública y privada por su labor heroica de salvar vidas.

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