David Martinez Amador

Politólogo. Becario Fulbright-Laspau del Departamento de Estado Norteamericano. Profesor Universitario,, Analista Político y Consultor en materia de seguridad democrática. Especialista en temas de gobernabilidad, particularmente el efecto del crimen organizado sobre las instituciones políticas. Liberal en lo ideológico, Institucionalista y Demócrata en lo político.

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David C. Martínez Amador

En la entrega anterior se hizo referencia a dos cosas básicas. El desprecio que tenía Platón por el hombre corriente y el ideal del gobierno compuesto de ´los mejores´.

En relación a Platón con su odio acérrimo al ´hombre masa´ hay que apuntar un detalle de actualidad: En general, los ´hombres masa´ cada vez se dan cuenta que tienen poder. Esto aplica a ´influencers´, ´coaches de vida´ o Presidentes sin capacidad alguna que consideran que son lo mejor que ha sucedido en la historia si bien sus cualidades morales e intelectuales son nulas. Donald Trump es el mejor ejemplo. Esta idea del ´hombre masa´ es mucho más clara en la obra del filósofo italo-argentino Guiseppe Ingegnieros (luego castellanizado a José Ingenieros) bajo el concepto del hombre mediocre. Es decir, aquel que sin conocimiento alguno, sin logro alguno se mueve tal y cómo el humor popular lo lleva. Frente al ´hombre mediocre´ Platón introdujo la noción del sabio que gobierna, aquel que es superior o mejor por razón de conocer y por lo tanto merece el poder.

En esta época de pandemia, ambos perfiles se han mostrado.

La sociedad estadounidense es el epítome de los hombres masa, y posiblemente países como Nueva Zelanda demuestren lo importante de escuchar a los técnicos. Donald Trump es el perfecto hombre masa con poder y el epidemiólogo designado para atender la crisis del Covid19 (Anthony Faucci ) sería el ejemplo opuesto del tecnócrata. A muchos les molestará la opinión del técnico, difícil de hacer entrar en razón a alguien que ´piensa que tiene toda la verdad´ porque como dicen los italianos, «Fare un bucco nella mare» (es más fácil hacer un agujero en el mar). Pero la terquedad, es en razón del entrenamiento y la evidencia científica.

¿Qué puede hacer una sociedad que se debate entre estas dos posturas?

Al concluir la pandemia, los que queden, deberán intentar salir de la sociedad virtual. Recomponer el contacto humano real y reconstruir el sentido de pertenencia. Esta crisis del covid19 lleva a un profundo aislamiento personal, que los antiguos griegos jamás sufrieron pues se sabían parte de la polis o lo que los romanos sabían de si mismos: Cives de la Urbe. Será necesario reconstruir una pertenencia responsable a un grupo concreto (y no virtual). Habría que desempolvar las instituciones ciudadanas de mayor solera: Familia, historia patria, el culto público y las consecuencias que de allí emanan: Igualdad, fraternidad y libertad. Se dice mucho que el socialismo se inclina ante la igualdad, mientras que los capitalistas entronizan la libertad. ¿Entraremos alguna vez en la era de la fraternidad?

La Fraternitas ( concepto latino) tuvo otro nombre entre los griegos: Koinonía o ´unión de corazones´. Alejandro, al que llamaron Magno supuso, que griegos y no griegos podían vivir bajo mismos principios creando una unión de corazones. Las diferencias más profundas podían desparecer para amarrar a la humanidad en un sentimiento común. ¿Cuál será luego de esta crisis?

¿Probarnos que no cualquiera es apto para gobernar? ¿Qué las empresas deben administrarse mejor? ¿Qué la ambición de los ricos no menguó durante la pandemia? ¿Qué el poder fue injusto incluso durante la pandemia?

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