Coincidimos que en estos momentos para actitud ciudadana es fundamental para evitar los contagios. En la imagen una mujer es ayudada para ingresar al área de pruebas COVID-19 en el Hospital General. Foto La Hora/AP

Guatemala vive tiempos de escalada, tanto en la propagación de los casos de COVID-19 como en la lucha a favor de la impunidad y en ambos casos el comportamiento y responsabilidad de la ciudadanía termina siendo la pieza esencial para salir de atolladeros. En el primer caso, el de la pandemia, se advierte que estamos entrando a una etapa crítica que posiblemente se extienda por lo menos hasta agosto y que la proliferación de casos dependerá en mucho de la actitud de la gente, de la disposición que todos tengamos para mantener las medidas de precaución que han dado resultado en otros lugares donde la curva se ha aplanado básicamente porque la población usa eficientemente la mascarilla y mantiene el distanciamiento social.

El problema sigue siendo nuestra poca capacidad hospitalaria, misma que se confirma matemáticamente por el escaso número de camas de hospital y la reducida oferta de espacios en salas de cuidados intensivos para los pacientes que sufran serias complicaciones. Esa situación es la que tiene que forzar a todos a redoblar los cuidados y prevenciones porque la saturación de hospitales puede producirse muy rápidamente, no digamos la de los intensivos. Ello significa que el riesgo puede ser mayor para personas que presenten algunos de los síntomas más graves del COVID-19, sobre todo (pero no exclusivamente) en el tema respiratorio.

Según la auditoría hecha por las nuevas autoridades de salud la data disponible es muy buena y confiable, al punto de que el error que lograron detectar es de apenas 158 casos, a los que habría que sumar lo que resulte de las 6,714 que siguen pendientes (ayer se dijo, redondeando, que eran 8,000). No informaron nada sobre la información epidemiológica recolectada con cada caso, por lo que se supone que la misma también es confiable. Y es que desde el punto de vista del combate de una epidemia es fundamental tener detalles sobre la forma y lugar de los contagios para detectar nuevos brotes que se pueden aplacar con medidas de aislamiento de las personas que estuvieron en contacto con las que dan positivo.

Coincidimos en que la actitud ciudadana es fundamental y que puede ser la gran diferencia en la cantidad de contagios, de hospitalizados y de muertes y que finalmente dependemos de eso. Es necesario insistir en el uso adecuado de la mascarilla para no usarla solo de tapaboca porque también tiene que tapar la nariz y su uso tiene que ser escrupuloso, atenidos a la estadística oficial que se dio por buena y que no reporta cambios significativos.

Redacción La Hora

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