Pedro Pablo Marroquín

pmarroquin@lahora.gt

Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

post author

Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt
@ppmp82

Llegan momentos en la vida que nos demandan lo mejor a pesar de la adversidad de las circunstancias y ahora los guatemaltecos, como muchos habitantes del mundo, nos enfrentamos a una complicada tarea porque debemos enfrentar los efectos de la pandemia y a la vez los intentos de algunos de complicarnos más la vida a futuro.

Ya sabemos que como país pasamos de tener control, porque se tomaron medidas acertadas al principio, a una situación que se nos salió de las manos. El Gobierno empezó a tomar algunas decisiones correctas pero ya cuando la situación era extrema y ahora los márgenes de maniobra son muy reducidos o inexistentes en algunos casos.

Para salir adelante, el Gobierno necesita que su nuevo equipo de Salud, con el apoyo de la COPRECOVID, logren enderezar el rumbo, ordenar mejor los hospitales, asegurar los equipos de protección, conseguir más pruebas, aumentar de forma urgente la capacidad para procesarlas y hacer lo necesario que quienes deseen hacer negocios en esta pandemia, afectando a millones, enfrenten todo el peso de la ley.

Y en el plano país, el Gobierno, en especial el presidente Alejandro Giammattei debe dejar de ser un cómplice de lo que su bancada fragua en el Congreso con fuerzas oscuras de la política. No hay coherencia entre discurso y acción y no basta con que el Presidente quiera ser un actor silencioso y decir que no se mete porque todos sabemos que sí lo hace tal y como lo hizo con la elección de Junta Directiva del Legislativo. Habla muy mal de un Gobierno seguir dependiendo de Gustavo Alejos.

Y como esto requiere de todos, los ciudadanos debemos jugar nuestro rol. Esta enfermedad vino para quedarse y debemos ser disciplinados con el distanciamiento social, el uso de la mascarilla, el lavado de manos y no tocarnos la cara sin habérnoslas limpiado.

Debemos todos actuar como que somos positivos y por tanto, debemos recordar que podemos ser portadores sin saberlo. Eso significa que si yo sigo manteniendo reuniones familiares o sociales como los tiempos pre pandemia, las posibilidades que un enfermo contagie a otros y se siga propagando la cadena, son altas.

Hay gente que puede trabajar desde casa o se puede encerrar por prevención, pero hay millones que no lo pueden hacer y se entiende que deben salir a buscar el pan de todos los días. Pero eso no quita que se tomen las medidas. Ayer en La Hora publicamos una foto en la que se aprecian a 4 persona, 2 de ellas con mascarillas y otras dos con la mascarilla como bufanda y así no se puede.

Ahora estamos viendo el efecto de dos cosas: la irreverencia a las leyes y a cumplir las normas nos está pasando un efecto porque el incumplimiento de las disposiciones (nos gusten o no) se está viendo en las estadísticas y, dos, haber dejado a tanta gente atrás en términos de oportunidades nos está haciendo conocer las precariedades con las que viven muchos y lo difícil que en ocasiones les es tomar conciencia de las cosas. Si a gente con oportunidades le está costando tomar conciencia, no digamos a quien no tiene tiempo para estar pensando más allá de sobrevivir.

Hoy podemos optar por ser irreverentes a los que se nos ordena y se demanda de nosotros como ciudadanos. Podemos decir que como el Gobierno no hace lo suyo o que el Presidente pareciera que no termina de dimensionar lo que está en juego (sus cadenas tienen muchas facetas), entonces los ciudadanos no haremos lo propio, pero hacer eso es pegarnos un tiro en el pie.

Ser irresponsables en estas circunstancias significa poner en riesgo no solo a la familia, compañeros de trabajo, amigos, terceros, a la sociedad en general, sino además poner a trabajar al personal médico, paramédico, bomberos y policías. ¿Ha reparado que quizá ellos y sus familias vivan con los peores temores? Sin duda tienen miedo pero se sobreponen porque saben que sin ellos, esto se acabó para todos.

Las mafias de este país nos quieren seguir poniendo la rodilla como se la pusieron a George Floyd y así complicar más la recuperación futura (especialmente la económica), pero será la suma de todos los esfuerzos, la disciplina de todos, la que nos permita tener una realidad totalmente distinta porque estamos frente al reto más grande de nuestras vidas.

Salir de esto demanda de todos y NO PODEMOS FALLAR.

Artículo anteriorLos corredores
Artículo siguienteMuchos de verdad quieren pero no pueden