Desde el viernes tenemos nuevas autoridades de Salud y, por supuesto, se tienen que estar enterando de la situación real que se vive por los contagios del COVID-19 porque por mucho que todos sepan y sepamos que el sistema es una calamidad, el detalle de cómo están las cosas, especialmente en cuanto a la capacidad para enfrentar la crisis es fundamental respecto a disponibilidad de camas, de recursos y de elemento humano para sacarles el máximo provecho.
Entendemos que es preciso ser parcos en estos primeros días para recopilar toda la información y así hemos visto a la nueva Ministra que ofrece escuetas declaraciones con respuestas cajoneras a las más complejas preguntas. Sin embargo, es bueno recordar que la clave para salir adelante de esta crisis está en el comportamiento de la ciudadanía y para lograr lo mejor de la gente hace falta información plena y completa de lo que está pasando, de los riesgos que existen y de la capacidad que tienen las instituciones, públicas y privadas, para atender la demanda. Es preciso tener un correcto mapa epidemiológico del avance de la enfermedad que permita redoblar las precauciones en los lugares donde se está perdiendo el control y reiterar que la estigmatización de los contagiados no sólo no ayuda sino que complica las cosas porque hace que éstos oculten su condición.
Al día de hoy no tenemos un cuadro completo de la capacidad hospitalaria para el COVID-19 y su ocupación. No sabemos cuántas de las camas de intensivo están aún disponibles y la información sobre las muertes es irreal porque no se está contabilizando a la gente que muere fuera de los hospitales y muchas funerarias se encargan de conseguir certificados de defunción, como siempre lo han hecho, con galenos que los firman sin ver al paciente.
Creemos que las nuevas autoridades del Ministerio de Salud tienen que ofrecer en los próximos días un Estado de Situación en el que con realismo se nos explique dónde estamos parados como país para enfrentar el problema que será agudo en las siguientes semanas. Al mismo tiempo en que deben renovar los cuadros administrativos, esos que están acostumbrados a tramitar los negocios jugosos que han saqueado al ministerio, tienen que tener la radiografía completa, por dura que pueda ser la imagen, de lo que tienen que administrar. Espejismos como los hospitales temporales salen a luz cuando se comparan con lo que acaba de hacer El Salvador en esa materia, montando un hospital nada chapucero que impresiona por sus avances tecnológicos y las magníficas facilidades para médicos y pacientes.