Ayer se anunciaron 447 nuevos casos de coronavirus en lo que constituye el peor día de contagios reportados dentro del poco fiable sistema que tiene el Ministerio de Salud para llevar sus cuentas. En todo caso, se trata de un incremento notable que nos indica que estamos entrando en esa etapa crítica que ya habían adelantado expertos, tanto epidemiólogos como matemáticos que han hecho modelos siguiendo los ejemplos de otros países, y se aproxima rápidamente el colapso de nuestro sistema hospitalario que no tendrá capacidad para atender a todos los pacientes que necesiten atención por su condición sintomática.
Lamentablemente tenemos que señalar la duda que existe sobre la forma en que se llevan las cuentas porque es precisamente un problema que se ha venido dando casi desde el inicio de los contagios en el país y si no cuadran los números de personas fallecidas tampoco se puede tener fe ciega en las otras cifras que van presentando, tanto de nuevos casos como de personas recuperadas. Y es un punto crucial porque la población necesita estar correctamente informada para incrementar sus acciones de prevención y sin confianza en el sistema informativo oficial será más difícil que la ciudadanía entienda la real situación de la pandemia.
Por ello hemos insistido en que es fundamental también informar de la evolución de los casos geográficamente porque en la medida en que la gente sabe dónde hay más contagios deberá redoblar más sus cuidados y limitar más sus salidas de casa. Es cierto que la precaución debe ser general, pero por supuesto que cuando hay lugares donde la propagación es mayor y más rápida, se tiene que tener especial cuidado y por ello es tan importante que haya criterios definidos en cuanto al manejo de la información, sobre todo ahora que, aún con las escasas pruebas que se pueden realizar, se nota ya que la curva lejos de irse achatando toma una trayectoria más empinada, preludio del temido problema de la saturación del precario sistema hospitalario.
Es pues momento de incrementar las precauciones no sólo porque tenemos que evitar el contagio sino porque debemos entender que el riesgo de enfermarse en estas condiciones implica problemas muy serios porque puede darse el caso de que quien necesite atención hospitalaria no pueda encontrarla debido a la saturación del sistema público, que deberá abrir otros espacios para pacientes de COVID-19, y del sistema privado que tampoco tendrá suficientes espacios ni camas de intensivo para atender lo que puede ser, lamentablemente, una exponencial demanda producto del incremento de contagios.