Oscar Clemente Marroquín
ocmarroq@lahora.com.gt
Los netcenters que operan debidamente financiados y que tienen muy claros sus objetivos no perdieron tiempo para lanzar su campaña de manipulación racista orientada a la descalificación del indígena propagando que el brutal crimen contra Domingo Choc Ché, a quien un individuo le pegó fuego en esa forma brutal que quedó para la posteridad grabada en el video de un celular, era simplemente un castigo aplicado de acuerdo al derecho indígena, ese mismo que fue el caballito de batalla de los luchadores pro impunidad para objetar la reforma al Sector Justicia presentada durante la legislatura anterior y que fue abortada para asegurar que los reyes del tenis y los Alejos pudieran seguir manejando las postulaciones y las elecciones de magistrados.
Ayer que escribí sobre el tema del asesinato de don Domingo hablé del racismo a flor de piel en la sociedad guatemalteca, refiriéndome a la indiferencia social y mediática ante el brutal crimen. No imaginé que fueran a ser tan burdos de expresar ese discriminatorio comportamiento de manera tan clara al falsear la realidad para hacer ver ese crimen como consecuencia del vilipendiado derecho indígena que no contempla castigos de esa naturaleza. Pero era el momento de aprovechar la circunstancia para lanzar el furibundo ataque, repetido robóticamente por esas manipuladas y pagadas redes sociales, que financian precisamente los que son responsables del sistema corrupto que tenemos y que tratan de defender a toda costa. Los que parten de la necesidad de mantener cooptada a la justicia, tarea en la que primero tratarán de triunfar mediante una elección en el Congreso que violente lo resuelto por la Corte de Constitucionalidad argumentando la presunción de inocencia, cuando la Corte lo que pide es que se valore realmente la honorabilidad y, obviamente, no puede ser honorable nadie que haya pactado con pícaros como los Alejos.
Y si fracasan en ese empeño, ya tienen preparada la otra salida, pactada secreta y silenciosamente por los mismos poderes fácticos mediante una reforma constitucional cuidadosamente trabajada también por los eternos peones del sistema. Según mensajes de chat que han circulado profusamente, uno de los asesores extranjeros del Presidente ordena a los periodistas que tiene bajo su control que propaguen campañas de distracción sobre temas como el libramiento de Chimaltenango, porque afirma que ya hay acuerdo con el Congreso para acelerar esa reforma constitucional. Y de paso se lleva de corbata a periodistas a quienes él llama “chicos” que ya arrancaron con exaltar el tema de la obra de Chimaltenango.
Una reforma constitucional elaborada en secreto y ya pactada con el Congreso es algo que realmente huele mal. Y por supuesto que el activo papel de los netcenters con el tema del derecho indígena para desviar la atención de la indignación por el brutal crimen que costó la vida a don Domingo es parte de la misma jugada porque tiene el mismo origen. Se trata de una renovada acción de los que pretenden garantizar un sistema de impunidad para que aquí la justicia siga cayendo sobre quien se roba una gallina, pero que no toque a los que roban millones.