Mariela Castañón
mcastanon@lahora.com.gt
En el marco del Día Internacional de la Niñez Desaparecida, que se conmemoró el pasado 25 de mayo, quiero retomar uno de los temas más duros que enfrentamos como país y recordar que de 1 mil 780 niños, niñas y adolescentes (NNA) reportados como desaparecidos del 1 de enero al 13 de mayo de este año, 491 menores de edad aún no han sido localizados, según las estadísticas de la Unidad Operativa del Sistema de Alerta Alba-Keneth.
¿Dónde están esos 491 NNA que siguen con alerta vigente? No lo sabemos, las autoridades han reiterado como uno de sus argumentos, que este número se mantiene porque no todas las alertas son desactivadas por las familias después de la localización de los menores de edad, sin embargo, también admiten que muchas veces no hay rastro de esos niños.
En un país donde hay garantía de impunidad y ausencia de seguridad integral, es terrible pensar que estos menores de edad hayan sido captados por redes de trata de personas en la modalidad de explotación sexual o laboral, o usados para otros fines horrorosos.
Los datos de la Unidad Operativa del Sistema de Alerta Alba-Keneth, también refieren que el mayor número de alertas se activó en los departamentos de: Guatemala, Escuintla, Quetzaltenango, Petén y Huehuetenango.
Las niñas y adolescentes guatemaltecas siguen siendo las que más desaparecen, pues de los 1 mil 780 casos registrados: 1 mil 213 correspondían a niñas y 567 a niños.
Los datos más elevados de desapariciones corresponden a NNA de 13 a 18 años, pues de acuerdo con las estadísticas, se cuantifican 618; le sigue de las edades de 16 a 18, con 538 casos; así como niños de 0 a 4 años, con un total de 316 casos.
Sí bien es cierto, hay más niños reportados como localizados, 1 mil 289 de los 1 mil 780 casos de enero a mayo de este año, hay mucho que hacer por los 491 menores de edad que no han sido ubicados.
Guatemala debe priorizar la localización de la niñez desaparecida, hay esfuerzos, porque me consta como ha crecido la Unidad Operativa del Sistema de Alerta Alba-Keneth, así como el trabajo de las personas comprometidas con la causa, sin embargo, la prioridad debe ser a nivel de Estado.
Me parece oportuno como en otros países se trabaja este tema, por ejemplo, sin ir tan lejos, en algunos estados de Estados Unidos, se envían mensajes a los teléfonos para informar que un niño o niña ha desaparecido, o se activan alarmas en la localidad donde los menores de edad desaparecieron, para que todo el vecindario sepa que hay una emergencia en la comunidad y puede contribuir.
Valdría la pena analizar los mecanismos de búsqueda, implementar nuevas estrategias y sobre todo dotar de recursos humanos, logísticos y económicos a quienes deben realizar el trabajo operativo en la búsqueda de la niñez y que forman parte de la Coordinadora de Búsqueda.
En el marco del Día Internacional de la Niñez Desaparecida no olvidemos a la niñez de quien no se tiene rastro, ni tampoco la responsabilidad que cada autoridad gubernamental y ciudadano (a), tenemos en este tema.