El ministro de Salud, Hugo Monroy, es quien ha tenido a su cargo el manejo de la crisis desde esa cartera. Foto La Hora/Presidencia

El Colegio de Médicos de Guatemala hizo ayer una petición al gobierno para modificar el trato que se está dando a los pacientes del COVID-19 que no presentan complicaciones y que, según las estadísticas mundiales, representan alrededor del 80 por ciento de todas las personas que se contagian y que pueden recibir tratamiento ambulatorio sin necesidad de hospitalización. Dice el Colegio que 20% tienen que ser internados en centros asistenciales y de ellos un 5% generalmente deben ir a cuidados intensivos, donde en muchos casos tienen que ser sometidos a respiradores mecánicos para asistirlos y, en esos casos extremos, hay cifras que señalan una alta tasa de mortandad.

En el caso de Guatemala hay que entender que las condiciones de vida de muchas personas no permiten que tengan un adecuado aislamiento en sus viviendas porque se trata de sitios muy pequeños en los que, por fuerza, se tienen que compartir ambientes y no hay facilidades para que un contagiado esté realmente alejado de su entorno familiar que corre así riesgo de enfermarse. Por ello es que es indispensable hacer un rápido estudio socioeconómico de los pacientes, para decidir si pueden ir a su vivienda o si tendrían que ser trasladados a uno de los hoteles que está contratando el IGSS y el gobierno para recluir a los que no requieren cuidados médicos constantes y únicamente deben ser aislados para no propagar más el virus.

Dentro de las planificaciones que el Ministro dice que tienen para todo lo que tenga que ver con la crisis, no han manejado adecuadamente el tema de los pacientes con síntomas leves o asintomáticos que son la gran mayoría y por ello es que con la cantidad de casos que se han detectado, con el mínimo de pruebas que pueden realizar porque no se dan abasto para hacer más, se llegó a la saturación. A ello hay que agregar que mantienen recluidas a personas sin necesidad, como ocurrió con varios deportados a los que les hacían pruebas y más pruebas sin informarles de los resultados, lo que hizo suponer que no llevan un buen registro de los test que se van practicando.

Los médicos hacen un reconocimiento elogioso de lo que hace su colega el Presidente de la República, pero llaman seriamente la atención sobre el torpe manejo que se está haciendo con esa cantidad de personas que, con las cifras actuales, debe andar por los dos mil quinientos, que están innecesariamente hospitalizados cuando podrían ser tratados de forma ambulatoria para reducir la presión sobre todo el sistema hospitalario que ya está tronando.

Redacción La Hora

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