El doctor, Edwin Asturias se refirió sobre la variante ómicron. Foto: La Hora

La decisión del Presidente de crear la Comisión Nacional Contra el Coronavirus parece acertada para dar un reenfoque al manejo de la incontenible propagación del virus, pero más lo es el nombramiento del doctor Edwin Asturias, guatemalteco que en Estados Unidos es profesor de epidemiología pero siguiendo muy de cerca lo que ocurre en Guatemala, formulando críticas consistentes que, por lo visto, fueron bien tomadas por el gobernante que en un gesto inesperado decidió ponerlo al frente de esa importante fuerza de tarea que deberá coordinar el esfuerzo de todos los sectores para mitigar el daño del incremento de los contagios.

En La Hora insistimos mucho que era importante contar con la asesoría de científicos y especialmente de epidemiólogos que son los llamados a sugerir las políticas para controlar el crecimiento de una pandemia como la que ya está creciendo aceleradamente. Decisiones como la de confinar intempestivamente a todos en sus casas para luego abrir el país con un notable incremento de la actividad, al punto de que se pierde el elemental distanciamiento que se sugiere como esencial para evitar la propagación del virus, hicieron ver la ausencia de criterios técnicos al momento de tomar las decisiones y por ello era importante recurrir más a la ciencia que a los impulsos o corazonadas y de esa cuenta se imponía pensar en un epidemiólogo.

Asturias es profesor de epidemiología y enfermedades infecciosas en la Universidad de Colorado, en Estados Unidos, lo que le otorga las credenciales para dirigir esa comisión y habla bien del Presidente el hecho de llamarlo pese a que formuló críticas a algunas de las decisiones oficiales. Deja la relativa comodidad de la academia para meterse a aguas procelosas en su país que está profundamente dividido y al que ni siquiera el coronavirus logró unir. Ya surgieron los primeros ataques en su contra de grupos radicales que le cuestionan con los eternos estribillos utilizados para la polarización del país y seguramente que tendrá un desafío serio por el papel de las mafias enquistadas en la institucionalidad, dedicadas a exprimir el erario en beneficio de la corrupción y no estarán a gusto con directrices orientadas al eficiente manejo de la crisis.

Habla el doctor Asturias mesuradamente del equilibrio entre lo sanitario y la economía porque sin duda sabe que en este país han sido las remesas el gran pacificador social y que, reducidas éstas, hay condiciones alarmantes que nos deben preocupar. Pero lo fundamental es que conoce las epidemias y cómo se propagan, criterio científico que hacía falta en el tablero.

Redacción La Hora

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