Asegurar el distanciamiento social puede ser un importante aporte. En la imagen madres guardan distancia a la espera de la entrega de alimentos para sus hijos en una escuela. Foto La Hora/AP

Prácticamente todos los que hicieron modelos matemáticos del comportamiento del Covid-19 en Guatemala, basados en nuestra propia información y en lo ocurrido en otros países, coincidían en advertir que Mayo y Junio serían meses críticos por el aumento de los contagios y el último dato proporcionado ayer por las autoridades refleja que estamos entrando en esa etapa en la que es importante redoblar las precauciones porque nuestro sistema hospitalario, con todo y el aumento de camas logrado en las últimas semanas con la creación de hospitales de emergencia, colapsará rápidamente si sufrimos ese previsto incremento y no tratamos de evitar un exagerado pico.

En los últimos días se ha notado un incremento en la circulación de vehículos que es muestra de un relajamiento de las medidas que se adoptaron inicialmente, lo que se entiende porque la presión de una economía deprimida afecta a casi todos los que no viven de un sueldo del Estado o de los dineros que se pueden agenciar tan fácilmente desde los puestos públicos. Pero esa alta actividad significa de una u otra manera mayores contactos y relaciones interpersonales que, de no adoptarse las medidas de prevención como el uso de mascarillas y la exigente higiene personal, hacen que la propagación se incremente de manera exponencial.

El principal y más efectivo consejo que se ha dado en otros países es que cada quien actúe como si estuviera infectado porque no sólo es la mejor forma de cuidarnos mutuamente, sino que además no existe desde ningún punto de vista certeza de que uno no sea portador del virus toda vez que el mismo es propagado también por personas pre sintomáticas o totalmente asintomáticas, lo que nos debe guiar para actuar con pleno y absoluto respeto a nuestros semejantes y si todos lo hacemos es seguro que podremos reducir drásticamente el temido pico.

Se entiende que no se puede confinar a la población en sus viviendas porque no disponemos de ningún sistema de abastecimiento capaz de atender las necesidades, pero sobre todo porque la gente tiene que salir a procurarse el ingreso que le permita vivir. Pero si todos asumimos una actitud que asegure el distanciamiento social y que haga más difícil la transmisión del virus, seguramente que estaremos poniendo un grano de arena importantísimo para mantener la situación bajo control e impedir el colapso de nuestro muy frágil y poco eficiente sistema hospitalario que, como han adelantado los expertos, no será capaz de atender un ritmo explosivo de contagios y los índices mortales pueden ser superiores a los de otros países.

Redacción La Hora

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