Pedro Pablo Marroquín
pmarroquin@lahora.com.gt
@ppmp82
Ayer el Gobierno anunció la mayor cantidad de casos desde que inició la crisis, 68, y el Ministro de Salud advirtió a los guatemaltecos que estamos entrando al punto crítico. Debemos resaltar que así como el número de enfermos fue el más alto desde el 13 de marzo, también el Gobierno reportó la mayor cantidad de pruebas hechas en un solo día, 800 lo que también nos debe dar una idea cómo están las cosas.
Estamos entrando a los momentos decisivos que marcarán nuestro futuro. Siempre se ha dicho que el impacto de lo que ocurra con el tema de salud, inclinará la balanza en el tema económico y en el tema social y sin duda alguna, la tarea es demasiado compleja.
En el campo económico, tras casi dos meses de medidas se sienten demasiado las presiones; se estaba pensando ir re abriendo algunos elementos de la economía pero tal situación se da en el mismo momento en el que nos anuncian que vamos entrando al punto crítico y los dilemas se vuelven enormes.
En el campo social, empujados por la crisis de salud, se empiezan a ver difíciles situaciones, más banderas blancas y, a pesar de los esfuerzos gubernamentales, la ayuda no termina de fluir para la gente porque Guatemala no tenía un buen sistema para llegar a nuestros pobres y vulnerables y ahora se han tenido que diseñar mecanismos a toda marcha y claro está, tomará un poco más de tiempo. Ojalá el Gobierno esté escuchando a quienes saben con más certeza dónde están los pobres y vulnerables que son difíciles de ubicar por los mecanismos ideados.
Ayer la IOT emitió un reporte en el que expresaba que el pobre y vulnerable debe decidir si se muere del VIRUS o de hambre, porque ya sabemos que la situación de esas personas era complicada antes de la pandemia y ahora es mucho más crítica.
Estando en la etapa en la que nos encontramos, evitar el ritmo de infección y contagios será clave porque si bien es cierto que a lo largo del tiempo y hasta que haya cura muchos nos vamos a enfermar, no podemos enfermarnos casi todos al mismo tiempo porque nuestro sistema de salud no aguanta la presión y el resultado sería de terror.
Por lo tanto, debemos tomar decisiones sensatas. Hemos discutido la necesidad de re abrir la economía porque las cosas se aprietan cada vez más y lo estamos haciendo en el momento más crítico de la enfermedad, entonces creo que debemos ser muy sensatos porque en los lugares en los que se puedan aplicar buenos protocolos de prevención se podrá seguir con esa idea y en los que no, será tiempo que exploremos otras opciones, como por ejemplo, que entre a batear el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS).
¿Cómo? Es lo que debemos definir y discutir pero hacerlo podría permitir que algunos no se reactiven de forma inmediata sin que ello signifique agravar la situación de la clase media porque veamos más y más despidos simple y sencillamente porque los flujos no aguantan.
A mi forma de ver, debemos ponernos de acuerdo para aliviar a la clase media formal a través del IGSS (porque la gente no puede trabajar para evitar enfermarse) y volcarnos a asegurar que la ayuda gubernamental llegue a los más pobres y vulnerables.
Si logramos eso, podemos seguir esforzándonos en disminuir el ritmo de contagio y así pensar que en junio podemos ver las cosas con un poco más de claridad.
