Es natural que existan discrepancias en la sociedad respecto a las medidas que se deben tomar frente a la explosiva pandemia del coronavirus y el debate no debe ser factor de desunión sino de entendimiento para tomar en cuenta diferentes criterios que ayuden a mejorar lo que se está haciendo y evitar errores que puedan resultar muy costosos. En términos generales se puede decir que las medidas de aislamiento decretadas por el gobierno son positivas y coherentes con lo que se ha hecho en muchos lugares del mundo, pero para decir que efectivamente estamos conteniendo la propagación de los contagios hace falta, por lo menos, incrementar la cantidad de exámenes para saber exactamente cuál es la situación actual.

Pero hay que partir de la comprensión de lo complejo del panorama y de la necesidad de escucharnos mutuamente con respeto y evitando descalificaciones que de entrada eliminan la posibilidad de diálogo. Así como es intolerable que algún sector pretenda politizar la emergencia y recurra al acarreo de personas para elevar el tono de las protestas, también es inaceptable que se piense que toda voz discordante es resultado de politiquería o fruto de una irracional oposición a lo que disponen las autoridades. Nuestros reporteros han comprobado que el malestar de la gente está allí y que los reclamos que hacen personas que viven en la llamada informalidad no son manipulados sino producto del efecto devastador que en su economía de subsistencia está teniendo la crisis.

El gobierno trata de inyectar optimismo a la población con los números de contagios y expresiones de satisfacción por los logros, lo cual es bueno pero hay que entender que el auditorio está viviendo la situación desde otra perspectiva y por lo tanto conviene tomar el pulso de la opinión pública para entender que la tardanza en la ejecución de algunos programas está generando dificultades enormes a gente que no está acostumbrada a vivir de la caridad, pero que ahora no tiene otro remedio que esperar la ayuda de alguna mano amiga.

Asumir que cualquier crítica es un ataque al gobierno es un error que puede tener consecuencias porque se descartan valiosas opiniones de expertos que recomiendan diferentes acciones que podrían ayudar a un mayor control de los contagios. Repetimos que el tema de los exámenes para comprobarlos es uno de los que más alertas enciende porque con tan pocas pruebas estamos volando a ciegas y no tenemos una real dimensión de lo que pasa. La necesaria unidad social viene de un amplio respeto mutuo aún en la divergencia de opiniones.

Redacción La Hora

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