Emilio Matta Saravia
emiliomattasaravia@gmail.com
Solo en el año 2019, los migrantes guatemaltecos enviaron más de diez mil quinientos millones de dólares, un 13.1% de incremento sobre el año anterior (2018), o sea que los migrantes, por medio de las remesas, aportaron aproximadamente un tercio del crecimiento total de la economía guatemalteca en el año 2019. Desde el año 2010 a la fecha, es decir la última década, los migrantes guatemaltecos (cuya inmensa mayoría se encuentra radicada en los Estados Unidos de América) han enviado más de sesenta y cinco mil trescientos millones de dólares al país en concepto de remesas.
Es por ello que me resulta inaudita la actitud de muchos guatemaltecos, tanto de Quetzaltenango como de la ciudad capital, que en lugar de solidarizarse con los migrantes deportados de los Estados Unidos, los han rechazado e incluso perseguido con la intención de vapulearlos, como si fuesen criminales y no las personas que con su aporte son un pilar fundamental de nuestra economía año con año. Peor aún fue la actitud de varios medios de comunicación que inclusive etiquetaron como prófugos a los migrantes deportados que habían escapado del “hospital” montado en el Parque de la Industria en la zona 9 capitalina. ¿Prófugos de qué? ¿Qué crimen cometieron? ¿Estar contagiados de una enfermedad de la que podríamos estar contagiados cualquiera de nosotros, inclusive sin saberlo?
Muy mala también fue la actitud del presidente Giammattei, quien pidió que “por favor” la población fuera solidaria con los migrantes, en un tímido mensaje en cadena nacional; tampoco hizo mención alguna de los medios de comunicación que etiquetaron de “fugados” a los migrantes deportados que ya venían enfermos de COVID-19. Si de verdad le preocuparan el bienestar y la seguridad de nuestros compatriotas deportados y sus familias al presidente, tendría que tomar medidas mucho más enérgicas contra quienes pretenden lastimar a las personas contagiadas con COVID-19, y contra los medios que les ponen etiquetas y los estigmatizan por el simple hecho de estar contagiados.
Y no estoy “rasgándome las vestiduras”, como nuestro mandatario afirmó en uno de sus mensajes presidenciales al referirse a quienes le criticaron por el (mal)trato a los migrantes deportados. Simplemente estoy criticando una actitud tímida de quien se supone que debe velar por que se cumplan los derechos de nuestros connacionales que vienen deportados de los Estados Unidos, luego de sufrir quien sabe qué tipo de vejaciones y hacinamientos, los cuales seguramente pasan desapercibidos por nuestras autoridades.
El presidente Giammattei, como mandatario de la nación, es el principal responsable de que el trato al migrante sea digno, tanto en Guatemala como en los Estados Unidos, y que el mismo sea basado en el respeto de sus derechos humanos y que sea libre de racismo y de xenofobia. Lo anterior fue parte del compromiso de gobierno cuando presidente Giammattei al asumió el cargo, por lo que él no debería ser ajeno a esta situación y mucho menos tolerar las malas actitudes que se tienen en contra de los migrantes deportados por parte de ciertos medios de comunicación y algunos, no todos, ciudadanos guatemaltecos.
Es tiempo de demostrar nuestro agradecimiento y solidaridad con los migrantes guatemaltecos que, con su trabajo diario, sostienen nuestra economía. ¡No debemos ser malagradecidos!