Factor Méndez Doninelli
En Guatemala, cuando se cumple un mes de cuarentena y encierro de todos los habitantes, bajo estado de Calamidad, toque de queda y suspensión parcial de actividades laborales, comerciales y productivas decretados por el presidente de la República, doctor Alejandro Giammattei para controlar y contener la propagación de la COVID-19, continúan los desaciertos y la opacidad gubernamental.
Varios temas levantan preocupación pero algunos sobresalen, como las vulneraciones a derechos y libertades fundamentales de las personas, es el caso de la libertad de expresión y el derecho de acceso a la información que ahora están amenazados. Por ejemplo, respecto al manejo de la emergencia sanitaria, el destino de los fondos millonarios aprobados para enfrentar las crisis social y sanitaria, las “donaciones” de millones de quetzales que han hecho durante este tiempo grandes empresas y grupos corporativos nacionales y transnacionales, así como otras donaciones y ayudas entregadas en especie por empresas guatemaltecas y Gobiernos de países con los que Guatemala tiene relaciones, nada se sabe. La información no fluye, salvo fotografías publicadas en medios en las que se aprecia el momento en que se entrega al presidente Giammattei cheques de siete cifras, pero hasta hoy, no se sabe cuánto han recibido y qué destino han tenido tales “donaciones”. ¿Cuándo van a presentar un estado de cuentas? La ciudadanía exige cuentas claras y transparentes en el manejo de la información y de los fondos. No crean que la gente se deja babosear, ya pasaron esos viejos tiempos.
Más preguntas: ¿Cuándo el presidente Giammattei o las autoridades correspondientes van a informar qué hacen y en qué invierten tales recursos para combatir la COVID-19? ¿Cuántos millones de quetzales han recibido hasta ahora como “donación” de empresas? ¿Por qué se veda información a los periodistas y se vulneran las libertades de expresión e información y el derecho de acceso a la información? Todo esto y más, hace pensar en la opacidad que muestra el Gobierno en el manejo de los fondos y la escasa información sobre las acciones de combate a la pandemia.
Por eso mismo, hay legítima preocupación y malestar del gremio de periodistas y comunicadores sociales, a tal grado que la Asociación de Periodistas de Guatemala (APG), interpuso recursos legales en defensa de las libertades de expresión e información.
Otro foco de inquietante preocupación, son las denuncias y quejas del personal sanitario del sistema de salud nacional, quienes reclaman escasez de equipos de protección para su uso personal, así como, insuficiencia de equipos médicos y máquinas para atención de pacientes. Es inconcebible que a estas alturas de la emergencia, el personal sanitario de los hospitales nacionales (médicos, enfermeras, técnicos y auxiliares) reclamen ayuda debido a la escasez existente. Entonces surgen otras preguntas: ¿En qué gastan los millones de quetzales que les aprobaron y otros que les “donaron”? ¿Qué clase de planificación han hecho que no previeron el suficiente abastecimiento de insumos y equipos para el personal sanitario?
Es claro que a corto plazo las condiciones sociales, económicas y de salud de la población a causa de la COVID-19 van a empeorar, aún no hemos experimentado el pico de la infección, a diario aumentan los casos positivos, crece la cifra de fallecidos, se eleva el desempleo y la desesperación colectiva.
Entonces la exigencia es, ¡Dejen de ocultar información, atiendan los reclamos del personal sanitario y entreguen cuentas claras del manejo de fondos!