Por Jorge Santos
Aunque existen muy pocas condiciones reales de escribir algo esperanzador, bien dicen que las crisis representan un 50% para salir derrotado o bien que se cuenta con un 50% para salir bien librado y que a partir de ahí tengamos oportunidad de dar un viraje a aquellos aspectos que nos hicieron entrar en crisis.
En diciembre empezamos a observar, como un virus nuevo en China empezaba a afectar a miles de personas y como regiones enteras sufrían el embate de una nueva afectación a su salud a pasos gigantescamente rápidos. De mediados de diciembre a la fecha, en el mundo se cuentan ya un total de 532,253 casos, de los cuales han fallecido 24,072 personas. Aunque la tasa de recuperación de la enfermedad no es tan rápida como su propagación ya el 23% ha sido declarado libre de la enfermedad. A estas alturas, luego de ser China el país que encabezaba la lista de países con más personas afectadas, hoy es Estados Unidos de Norteamérica el que ocupa el primer lugar en personas enfermas de coronavirus al tener más de 85,000 casos positivos de COVID 19.
Es importante hacer ver, que está no es la primera vez que la humanidad vive pandemias o enfermedades devastadoras, ya que desde siglos, incluso milenios atrás la población sufría de otras enfermedades graves que causaron mortandad, desolación y deterioro de las precarias condiciones de vida. Pero de todas ellas salió la humanidad y se tuvo que replantear como era su existencia previo a estas. Y ese es el planteamiento tal vez más importante que necesitamos hacernos ¿es la vida, previa a la Pandemia del Coronavirus, la existencia que anhelamos y deseamos como humanidad? Sin vacilaciones debemos negarnos a continuar con la vida tal cual la conocemos.
Recientemente el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo publicó el Informe sobre Pobreza Multidimensional en el mundo y determino que en los 101 países evaluados (todos con ingresos medios o bajos) vive un total 1,300 millones de personas viviendo en esta condición de pobreza multidimensional y que casi la mitad de estos son niños y niñas. El informe en cuestión hace otras valoraciones sobre la gigantesca desigualdad existente en el mundo y las consecuencias de esta en la vida de la personas. ¿Es esta realidad, la que deseamos mantener, al salir de la pandemia?
Es acaso, el privilegio a los grandes capitales, a las inversiones transnacionales, que afectan la vida de las personas y de la naturaleza, lo que deseamos sostener como humanidad, aún a costa del hambre y la pobreza de miles de millones de personas. No, la humanidad somos más que eso y estamos frente a un problema que nos abre una ventana de oportunidad, la de transformar la vida y la existencia, para convertirnos en verdaderos seres humanos. Hoy el distanciamiento social, no debe de convertirse en distanciamiento humano, fortalezcamos la solidaridad y de ahí en adelante construir una sociedad distinta al capitalismo que hoy conocemos.