Factor Méndez

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Defensor Derechos Humanos. Catedrático. Periodista/Escritor. Estudió Derecho, Derechos Humanos y Trabajo Social en Guatemala, Honduras y Costa Rica. Catedrático San Carlos y Rafael Landívar. Fundador Centro de Investigación, Estudios y Promoción de Derechos Humanos CIEPRODH. Autor de ensayos y artículos sobre temas sociales, políticos, memoria histórica y Derechos Humanos.

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Factor Méndez Doninelli

En Guatemala, debido al estado de calamidad y el toque de queda decretados por el Gobierno de la República, que obligan como en el resto de países del mundo al confinamiento de toda la población y al distanciamiento social como medidas necesarias para prevenir y contener el avance de la pandemia generada por el COVID-19, ha sido oportunidad para dedicar tiempo a la lectura, la reflexión y al surgimiento de recuerdos ligados a hechos y jornadas patrióticas de lucha popular encabezadas por la juventud estudiosa, sucedidas en este país y que hacen parte del rescate de la memoria histórica.

Me refiero a las movilizaciones de estudiantes de secundaria y universitarios que hace 58 años condujeron la lucha de resistencia durante las históricas jornadas de marzo y abril de 1962, que hicieron tambalear al régimen militar del general Miguel Ramón Idígoras Fuentes, que solo pudo controlar el avance popular debido a la feroz represión desatada contra los trabajadores y la juventud estudiosa. Los estudiantes de secundaria estaban representados por el FRENTE UNIDO DEL ESTUDIANTADO GUATEMALTECO ORGANIZADO (FUEGO) y los universitarios por la ASOCIACIÓN DE ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS (AEU).

Tuve participación activa en la lucha desigual que los estudiantes y población simpatizante tuvimos contra las fuerzas represivas del dictador. En esos momentos, era presidente de la Asociación de Estudiantes del Instituto Tezulutlán y Secretario del FUEGO, así que mi participación fue de protagonista, como dice la canción española de la resistencia republicana, “…en el frente de batalla, primera línea de fuego.” Al cumplirse en 2012 el cincuenta aniversario de estas jornadas de lucha, la Editorial Universitaria de la Tricentenaria Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC) con el apoyo de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) me publicó el libro “50 AÑOS. JORNADAS PATRIÓTICAS DE MARZO Y ABRIL DE 1962”, una antología con 50 testimonios que compilé para esa ocasión con el objetivo de rescatar la memoria histórica y la participación que la juventud guatemalteca ha tenido en diversos episodios históricos.

Es útil anotar que las jornadas de marzo y abril de 1962, ocurrieron ocho años después de la invasión mercenaria promovida por el imperialismo estadounidense en 1954, responsable de derrocar al Gobierno constitucional y democrático de Jacobo Árbenz Guzmán y se anticiparon seis años a las revueltas estudiantiles de México (Tlatelolco) y Francia (La Sorbona) en 1968. Las jornadas de marzo y abril de 1962, tuvieron un carácter pre insurreccional, la consecuencia fue el surgimiento de la lucha armada como opción para recuperar espacios democráticos, así nace primero la Resistencia Urbana luego la fundación del primer núcleo guerrillero organizado en las Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR). Lo que vino después es historia conocida.
En Guatemala, las élites, la clase política corrupta, lacayunos y testaferros del sistema, desean implantar amnesia colectiva y ocultar los pasajes de lucha popular contra las injusticias, el racismo y la discriminación que en la región nos distinguen como una de las naciones más desiguales de América Latina.

Por eso, al calor de la soledad que produce el confinamiento y del silencio abrumador que se deja escuchar al entrar en vigor el toque de queda, en tiempos del pánico colectivo por el COVID-19, traigo a la memoria la imagen de queridas compañeras y compañeros que sacrificaron su vida en aquellas memorables jornadas.

 

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