Por Mamerto Reyes Hernández
Economista agrícola
La población de Guatemala se encuentra en el ojo del huracán. No por algo que hayamos hecho nosotros, pero si por algo que algunos compatriotas que regresaron de Europa trajeron al país: El coronavirus Covid19. Por el nivel en que ha llegado la infección y la diseminación espacial que ha tenido en todo el planeta, se habla de una pandemia. ¡Qué carambas!, lo que nos une con otras personas de otras latitudes y hemisferios no es que seamos homo sapiens, sino la infección de este virus.
La manera chapina de enfrentar esta crisis tiene todo el folklore del subdesarrollo. Primero, el presidente salió en los medios indicando que el tal Coronavirus no era más que una “gripona” y que no había problema. Hagan turismo nacional, váyanse al mar con la familia. Luego en un segundo aviso indicó que la cosa era seria y que todas las personas debían tomar medidas de mayor asepsia que lo acostumbrado. Para enfrentar el problema como un sistema se cerraron los vuelos internacionales y el transporte interno de personas, así como las oficinas del gobierno, las escuelas y universidades, y desde el domingo 22 de marzo, se ordenó un toque de queda. La meta es reducir las oportunidades del virus para pasar de persona a persona.
Sin embargo, ha habido ausencia de medidas cuarentenarias en el trato dado a algunos posibles vectores de la enfermedad. El día de ayer jueves 19 de marzo, según información presentada en el noticiero de la Radio Nuevo Mundo de las 10 de la noche, llegaron guatemaltecos deportados de Estados Unidos y luego de recibirlos y registrarlos, fueron liberados para que se marcharan a sus casas. La gente de migración adujo no tener un protocolo a seguir en estos casos.
Otras de las cosas que están mal, es sacar a las personas de sus casas y mandarlas a trabajar al Petén. Este es el caso de un equipo de médicos veterinarios y asistentes de campo de diferentes departamentos de Guatemala que trabajan para el Ministerio de Agricultura (MAGA) y que fueron designados para muestrear el hato bovino de Petén para brucelosis y tuberculosis. Se les ordenó que el lunes 16 de marzo deberían viajar al Petén, esa noche, luego del mensaje del presidente, el ministro de agricultura les dijo que suspendieran la misión y retornaran a sus cajas hasta nuevo aviso, pero el miércoles hubo una contraorden y de nuevo para Petén.
El MAGA está cerrado, los laboratorios del kilómetro 22 en Bárcena, Villa Nueva y Quetzaltenango, también están cerrados. Entonces, cual es la urgencia de sacar muestras de sangre e hacer las pruebas de tuberculina. Me pregunto, ¿Quién será el funcionario que tiene tan altos compromisos con los ganaderos de Petén que no le importan las vidas de sus médicos veterinarios? Señor presidente, si es usted, por favor asuma su responsabilidad con las personas. Si los responsables son su ministro de agricultura o sus viceministros, por favor destitúyalos y fórmeles cargos criminales por su irresponsabilidad. Usted es médico, debe entender que al estar fuera de sus casas y en un territorio que usualmente es muy visitado por extranjeros del viejo mundo, a estas personas cualquier cosa les puede pasar.