Ximena
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Hoy mi corazón está partido, anoche falleció mi papá. La persona que siempre me transmitió seguridad, con la que me sentí siempre protegida y la que fue mi incondicional. El me llevó mi primera serenata, me quemaba cohetes y me ponía las mañanitas para mi cumpleaños; llenó de detalles mi vida.

Debido a la situación mundial con la pandemia COVID-19, no pudimos velarlo; pero a todas las personas que lo conocieron, les informo que sus restos los honramos como se merece y estuvo acompañado en todo momento de sus hijos y hermanos.

Mi papá dejo huella donde pasó: desde su infancia en Suchitepéquez, en el Colegio Americano y con sus hermanos tan queridos del Liceo Guatemala. Dejó huella en cada lugar en donde trabajó desde muy joven: en bancos, en las gasolineras, en la Muni y después en sus negocios de jubilado, porque sí, él siempre tuvo una mente inquieta y activa para ser siempre alguien activo y productivo.

Sin duda un gran ejemplo de persona trabajadora y comprometida en todo lo que hacía. El entre muchas cosas más, me enseñó a ser puntual, a cumplir con las invitaciones que me hacen, a clasificar todo en folders y a sacarle fotocopia a todo. Muchos de mis logros personales, se los debo a su ejemplo y a su tenacidad.

Deportista de corazón, le gustaban todos los deportes, pero su pasión más grande era el fútbol. Directivo de los mejores clubes del país, siempre inculcando en sus hijos, en sus sobrinos, en los hijos de sus amigos y ahora en sus nietos, el amor por el deporte y el fútbol chapín. Fiel y orgulloso seguidor del Real Madrid.

Quienes tuvieron la oportunidad de conocerlo, se dieron cuenta del tamaño de su corazón y el amor tan grande que sus hijos, nietos y familia le tenemos. Un amor sobrenatural que no se puede medir con palabras y que va a existir en nuestros corazones para siempre.

El mejor papá, hijo, hermano, suegro ejemplar, tío, jefe, compañero de trabajo, amigo, pero dentro de todos sus papeles perfeccionó el de ser abuelo. GRANDE ELOPA, sin importar el tráfico, hora o día, estaba siempre dispuesto y puntual para ir a traer a sus adorados nietos, y al igual que en mi niñez, cada encuentro por muy cotidiano que fuera venia acompañado de un detalle. Pizza, cajita feliz, helado, son cosas que a sus nietos nunca les faltaron además de su amor incondicional.

Sin duda una gran persona. Descansa en paz papi. Honro tu vida y le doy gracias a Dios por ella. ¡Gracias por todo!

Cartas del Lector

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