El pasado sábado se informó de las nuevas medidas para enfrentar la pandemia que nos está afectando más de lo que las autoridades pensaron inicialmente. Entre esas medidas se hizo énfasis en la facultad que tiene el gobierno para, en aplicación de la Ley de Orden Público, emitir sanciones contra quienes incumplan y se señaló específicamente a los medios de comunicación que puedan propalar noticias que causen pánico entre la población, lo cual obviamente sería inaceptable.

Sin embargo, creemos indispensable hacer ver que el gobierno tiene que ejercer esa facultad cabalmente cuando se quiera provocar pánico, pero no cuando alguna persona, periodista o no, señale desaciertos que se puedan estar cometiendo en la forma de enfrentar la pandemia del coronavirus. El autoritarismo puede llevar a establecer formas de censura que nada tienen que ver con lo que considera la Ley de Orden Público, porque si algo no se puede limitar es el derecho a criticar lo que hacen las autoridades, sobre todo si éstas actúan para proteger ciertos intereses y descuidan los de la población.

Esperamos, sinceramente, que no tengamos necesidad de hacer críticas y que las acciones del gobierno estén siempre encaminadas al bien común. Pero cien años de existencia han servido para que La Hora entienda y conozca que nunca faltan los que en estas emergencias y crisis quieren no sólo velar por sus derechos sino sacarle provecho a la situación. Los casos más recientes fueron el terremoto de San Marcos que mal enfrentó el partido Patriota y las tormentas que sirvieron para que allegados al oficialismo de la época amasaran fortunas. No hemos visto ninguna acción de ese tipo ahora, pero debe saberse que al verla estaremos cumpliendo nuestro deber y que cuando sintamos que la acción oficial no es suficiente para la magnitud de la crisis, también habremos de señalarlo.

El ejercicio de la libre expresión es una responsabilidad más que un derecho y así lo entendemos nosotros en La Hora. Creemos que el gobierno empezó a tomar medidas correctas el fin de semana y esperamos que las incremente para hacer que el aislamiento nos ayude a contener la pandemia.

No es tiempo de favorecer a nadie sino de pensar en TODOS. Hemos señalado reiteradamente el ejemplo de Laugerud con el terremoto del 76 y la forma en que se legitimó por el buen desempeño que llevó a la reconstrucción. Eso esperamos de Giammattei porque, al final, dependemos de su lucidez y sentido de solidaridad. Él juró cumplir la Constitución y si lo hace se lo reconoceremos todos, pero de lo contrario, tenemos el deber de reclamárselo.

Redacción La Hora

post author
Artículo anteriorRespetuosos y solidarios
Artículo siguienteWall Street abre con fuerte baja