Esta crisis tiene demasiadas implicaciones y aparte de sus efectos en la salud tendrá consecuencias económicas muy serias que, por supuesto, preocupan a muchos, tanto a los empleados que sienten la angustia de quedarse sin nada, las pequeñas y medianas empresas que batallan por sobrevivir, así como la de quienes temen que su riqueza y comodidad puedan reducirse en alguna medida. El plan del gobierno ante la calamidad que ha sido declarada y que se nos viene encima, prioriza el tema económico y se centra en la reactivación, pasando por alto que tenemos un sistema de salud deficiente e inoperante que requiere una gran inversión para disponer de elementos tan sencillos como mascarillas para proteger al personal que estará a cargo de atender a quienes acudan a los centros de asistencia.
Nos preocupa seriamente la crisis económica y sus devastadores efectos sociales y por ello hablamos de la solidaridad que tenemos que tener entre los guatemaltecos como elemento esencial para reducir los efectos del golpe. Pero no podemos pasar por alto que la crisis será más prolongada y más dura en la medida en que no podamos atender correctamente el problema de salud pública porque el tiempo en el que se tenga que reducir la actividad económica va a depender de las medidas sanitarias que se tomen y de su eficiencia. Si no actuamos con eficacia frente a la pandemia, el efecto económico se sentirá por un período mucho más prolongado y eso no le conviene a nadie.
Por esa razón pensamos que si bien es importante tener en la agenda la reactivación de la economía, lo primero es enfocarnos en la cuestión de la salud porque de ello depende mucho. En la cuestión económica tenemos demasiada dependencia del exterior y de esa cuenta nuestro campo de acción es muy limitado porque ante una recesión mundial aquí apenas si podremos pensar en paliativos porque el resurgimiento dependerá de las economías más grandes del mundo que ya están resentidas, pero en lo que no nos podemos quedar atrás es en la forma de manejar el COVID-19.
Ayer renunció un Viceministro y el gobierno afirma que lo destituyó. Ambos, Viceministro y gobierno, dicen que la causa es el descuido absoluto que hay en el abastecimiento del sistema de salud y ante eso, finalmente no importa quién tiene la razón sino el hecho de que desde que apareció el primer caso no se ha actuado con diligencia ni prontitud para empezar el necesario abastecimiento y eso es gravísimo. El hecho cierto es que no hay suficientes mascarillas, guantes o kits de exámenes, no digamos respiradores y eso no puede seguir así.