Napoleón Barrientos

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Guatemalteco, originario de Alta Verapaz, forjado bajo los principios de disciplina, objetividad y amor a la patria; defensor del estado de derecho, de los principios de la democracia, con experiencia en administración pública, seguridad y liderazgo de unidades interinstitucionales.

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David Barrientos

La crisis que la pandemia del coronavirus está causando, puede tener varios desenlaces dado que se inscribe y relaciona con otros tipos de dificultades como las migraciones, la fragmentación, el abandono, la pobreza, y la soberbia social entre otros, lo que puede propiciar un exponencial aumento de la propagación, con secuelas en la salud, en la economía y en el orden mundial incluso. Sin ninguna duda hay perturbación, alteración de la cotidianidad y la puesta en escena de actores poco conocidos o discutidos, que impactan y dejan huella.

La mejor manera de enfrentar una crisis de esta naturaleza es tomar las más severas medidas, aun a costa del sacrificio de otros intereses nacionales, corporativos o particulares, e ir descendiendo las mismas, cuando se tenga certeza de su efectiva contención y control, así; que la prohibición de aglomeraciones sociales por eventos públicos y de afluencia masiva son la mejor manera de evitar un desastre. Sin duda alguna pasará un buen tiempo en que la vida cotidiana vuelva a ser la misma, hacer un alto y esperar el paso de la crisis es la mejor decisión para prevenir y no lamentar, pues no basta con los protocolos de control en los puertos, aeropuertos y puestos fronterizos oficiales, que son solo la cara visible de los flujos de personas en la región; la porosidad fronteriza que nos caracteriza es un tema desde hace mucho tiempo pendiente de atender, esa realidad nos coloca en una situación de vulnerabilidad ante la pandemia del COVID-19.

Por su parte el Poder Ejecutivo guatemalteco a través de las autoridades de salud, educación y gobernación como actores visibles, han respondido y hacen lo propio, en principio se puede calificar como de buen manejo; sin embargo, las crisis tienen varias fases: el evento preliminar o precipitante de esta crisis para Guatemala fueron: las alarmas por la explosión de casos en China y su propagación regional, la repuesta hasta ahora ha sido organizada, esperemos que la explosión o situación crónica, estabilización, adaptación y aprendizaje, tengan el mismo manejo, pues no es lo mismo tratar una situación como probable, a ejecutar acciones planificadas de carácter integral para evitar graves consecuencias, que pongan al descubierto la capacidad o debilidad para conducir protocolos de carácter general (estatal, social, privado, de cooperación, etc) hacia una sola dirección: la del resguardo del bien común, tarea nada fácil bajo las consecuencias de una pandemia que se propaga. Al Organismo Ejecutivo le corresponde asumir el liderazgo y a los guatemaltecos apoyar las decisiones de las autoridades, quienes tienen en sus manos la toma de decisiones que garanticen principalmente la vida de los guatemaltecos.

Algunas premisas que debemos tener presentes, en relación con la presencia de esta pandemia: Las crisis pueden transformarse en oportunidades, y que la solución a una crisis no puede hacerse con los recursos comunes; así que, si utilizamos la inteligencia apreciativa, podremos no solo contener esta pandemia y conformarnos con eso, sino construir una mejor Guatemala.

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