Juan Antonio Mazariegos

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Abogado y Notario por la Universidad Rafael Landívar, posee una Maestría en Administración de Empresas (MBA) por la Pontificia Universidad Católica de Chile y un Postgrado en Derecho Penal por la Universidad del Istmo. Ha sido profesor universitario de la Facultad de Derecho de la Universidad Rafael Landívar en donde ha impartido los cursos de Derecho Procesal Civil y Laboratorio de Derecho Procesal Civil. Ha sido y es fundador, accionista, directo y/o representante de diversas empresas mercantiles, así como Mandatario de diversas compañías nacionales y extranjeras. Es Fundador de la firma de Abogados Alegalis, con oficinas en Guatemala y Hong Kong, columnista del Diario La Hora y Maratonista.

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Juan Antonio Mazariegos G.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) elevó a nivel de pandemia la emergencia sanitaria provocada por el coronavirus (COVID-19), luego de que se reportarán más de 118 mil casos y la enfermedad se encuentre presente en 114 países. En Guatemala, donde a la fecha aún no se cuenta con casos reportados, el ministro de Salud Pública y Asistencia Social, Hugo Monroy, informó en conferencia de prensa que a partir del 12 de marzo no podrán ingresar a Guatemala extranjeros provenientes de Europa, China, Corea del Sur, Corea del Norte e Irán, los países que presentan mayor incidencia en la enfermedad, con el fin de evitar que la misma ingrese al país o cuando menos lo haga más lentamente.

A lo largo y ancho del planeta, podemos observar cómo cada país toma medidas para contener el ingreso de portadores de la enfermedad, así como también la propagación de la misma dentro de su propio territorio, una vez esta ha ingresado al mismo. De esa cuenta se cierran fronteras por doquier y la cuarentena impuesta por China, a la ciudad de Wuhan, lugar donde primero se identificó el virus, confinando a 11 millones de personas, quedó rápidamente corta cuando el Gobierno de Italia puso en cuarentena a 60 millones de sus ciudadanos prohibiendo la apertura de todo el comercio, (exceptuando farmacias y supermercados) y cerró universidades, colegios, centros de atención a ancianos y suspendió todo tipo de evento en el que pudieran concentrarse personas, así como su famosa liga de futbol.

Si bien todo este tipo de medidas son preventivas y se enfocan principalmente en el cuidado de la salud, no debemos dejar de observar que los mismos países que ya están padeciendo de la enfermedad han diseñado también medidas para que su actividad no se detenga del todo, de esa cuenta, existen ya ayudas para empresas que brinden a sus trabajadores oportunidades de trabajar a distancia desde casa, estudiantes que continuarán su educación vía electrónica y ya se estudian medidas económicas para compensar las inevitables pérdidas que la pandemia llevará a esos países, a través de líneas de crédito blandas para las empresas como en China y Europa, o el análisis de suspensión de hipotecas o impuestos para buscar compensar los daños y perjuicios a los que se enfrentarán las empresas y las personas.

Las medidas que toman los países que ya enfrentan la enfermedad debieran de servir de ejemplo a efecto de que, Guatemala, aún con sus limitaciones y carencias pueda hacer de la mejor forma frente a algo que es solo cuestión de tiempo que nos afecte. La enfermedad llegará, debemos guardar la calma, informarnos, seguir instrucciones, pero al final tendremos que enfrentar la crisis y aprender a vivir con ella pues no existe otra alternativa. Debemos pensar no solo en las personas, sino además en que haremos para mantener la actividad económica de nuestro país y que las fuentes de trabajo no se perjudiquen. La enfermedad puede ser tan dañina como una crisis mal manejada o la ausencia de compensadores para lo que deberemos enfrentar como país.

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