La población mundial y, especialmente, las autoridades tienen que actuar con mucha seriedad ante la declarada pandemia por el coronavirus para evitar el pánico y actitudes que puedan complicar más las cosas. Ayer dos presidentes dieron apresuradamente declaraciones que luego tuvieron que ser corregidas. Primero fue Alejandro Giammattei anunciando la prohibición de ingreso de todas las personas provenientes de toda Europa y luego Donald Trump hizo lo propio en cadena nacional desde la Casa Blanca. Ambos tuvieron que ser corregidos por quienes sí saben y resulta que mientras la prohibición en Guatemala no es para todos los que vengan de Europa sino solo de algunos países, a Trump sus funcionarios le hicieron ver que no puede impedir el ingreso de ciudadanos americanos o de residentes permanentes y tuvo que rectificar en su cuenta personal de redes sociales y en las cuentas oficiales del gobierno.
No por mucho correr para salir hablando van a mejorar las condiciones y de hecho pueden complicarlas más, como pasa en Estados Unidos donde el mensaje del Presidente provocó sensación de gran alarma luego de que se había mantenido diciendo que el coronavirus no era una cosa del otro mundo. En Guatemala, tras el anuncio de Giammattei, irresponsables se dieron a la tarea de propagar en las redes sociales mensajes alarmistas en los que se hablaba de una segura escasez de productos, aconsejando a la gente ir a las tiendas y supermercados a abastecerse, lo cual sí que puede ser causa de desabastecimiento.
Ciudadanos y funcionarios, así como la prensa, tienen que actuar con extrema seriedad en esta crisis para no empeorar las cosas y sobre todo es fundamental lo que hemos dicho en ocasiones anteriores. Deben resguardar su credibilidad basándose en informaciones serias y no con exabruptos precipitados que luego deben corregir porque les terminará sucediendo lo del pastorcito del cuento y cuando de verdad haga falta dar instrucciones ya nadie los tomará en serio.
Las fuentes serias de información han dado abundantes consejos sencillos sobre cómo actuar frente a la pandemia y en todo el mundo las autoridades deben regirse por las indicaciones de la Organización Mundial de la Salud. Cierto es que preocupa la situación pero con andar dando declaraciones a troche y moche cada vez que se hace una aparición pública no se gana nada. Al contrario, esas autoridades “todólogas” que hablan como si tuvieran diarrea verbal de todo y de todos, no miden las consecuencias de sus declaraciones expresadas sin reflexión ni consulta con expertos. Andar copiando lo que dice Bukele no es buena receta.