Ayer en la portada de La Hora publicamos la célebre foto en la que Donald Trump vigila celosamente la firma del acuerdo que en nombre de Guatemala suscribió Enrique Degenhart para convertir a nuestro país en un Tercer País Seguro a donde han sido enviados hondureños, salvadoreños y mexicanos que vienen deportados junto al creciente número de compatriotas que son devueltos como resultado de sometimiento abyecto de las autoridades guatemaltecas que le dieron la espalda a los migrantes para quedar bien con un gobernante poseedor de los secretos del almuerzo en Jalapa, donde al calor de los tragos y del pollo en crema con loroco, el Presidente se descosió con los que fingían ser dirigentes del Cártel de Sinaloa y terminaron siendo agentes de la DEA.
Para justificar la abyecta postura dijeron que, a cambio, el país recibiría miles de visas temporales de trabajo para que nuestros compatriotas pudieran entrar legal y ordenadamente a trabajar en Estados Unidos. Se aseguró en ese momento que serían más de diez mil visas de ese tipo las que estarían a disposición de la gente y hasta se hizo una campaña para que no se dejaran estafar y que se dirigieran directamente al Ministerio de Trabajo.
Ayer se supo la verdad. 35 mil guatemaltecos han tramitado la famosa visa de trabajo que fue ofrecida con bombos y platillos, lo cual evidencia la necesidad que hay aquí de oportunidades que no se presentan. Pero se informó oficialmente que para tristeza de la gente que le creyó a Morales y a sus Ministros de Gobernación, Relaciones Exteriores y Trabajo, apenas hay disponibles 135 visas de esa naturaleza. No es que se haya reportado mal la cifra, simplemente es que nos dieron atole con el dedo a todos los guatemaltecos simplemente para disfrazar el abyecto sometimiento que queda consignado para la historia en esa fotografía en la que el gobernante norteamericano, para quien el tema migratorio es caballito de batalla personal en sus intereses de reelección, observa que efectivamente Degenhart estampe su firma. Como que ya sabía que con esa gente había que estar ojo al Cristo porque eran capaces de cualquier engaño o triquiñuela.
Las 35 mil solicitudes son una muestra de que nuestra gente no es como dice Trump que son todos los migrantes, es decir ladrones y criminales provenientes de estos “paisitos de mierda”, frase que le gusta usar para referirse a lo que otros llaman Tercer Mundo. Se trata de gente trabajadora que tiene necesidades muy grandes y que está dispuesta a soportar enormes sacrificios para mejorar la calidad de vida de los suyos y que ante la ausencia de verdaderas oportunidades aquí, decide emigrar a toda costa, como seguramente lo harían hasta los más encopetados chapines si estuvieran en similares condiciones de necesidad.
El comportamiento de Guatemala en la aceptación de lo que quería y exigía Washington, sin que existiera en absoluto algún término de negociación porque todo fue sumisión, es vergonzoso y yo sostengo que más que una burla a nuestra gente fue una verdadera traición a la Patria y al pueblo.