Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt
@ppmp82
En diciembre del año pasado firmamos un acuerdo con Open Society Foundations con el afán de unir esfuerzos en torno a documentar el impacto que la corrupción y el abandono que el Estado ha hecho de varias comunidades tiene en la migración de miles de guatemaltecos. Ayer fue publicado el primer trabajo en impreso y hoy en digital.
Un equipo de La Hora fue a Santa María Xalapán, en Jalapa y de primera mano pudo documentar cómo viven muchas familias en aldeas y caseríos de la montaña y la realidad con la que nos topamos no es grata y nos obliga a quitarnos la venda en los ojos porque esa realidad se repite a lo largo y ancho del país.
Nos queda claro que tenemos muchos retos por delante si en serio queremos que esas comunidades, olvidadas por completo, lleguen a tener verdaderas oportunidades de superación. Necesitamos inversión en la gente y presencia real del Estado y la necesidad de ir generando lo indispensable para que capitales privados puedan interesarse en esas regiones.
A lo largo de las semanas que vienen, iremos documentando realidades en términos de salud, educación, acceso a servicios, justicia, infraestructura, etc., pero no deja de ser un motivo de enorme preocupación confirmar las condiciones en que viven millones de guatemaltecos en el país.
Y si a eso le sumamos el riesgo que nos representa ahora el coronavirus, la situación asusta un tanto más porque, aunque nuestras autoridades digan que estamos listos, para nadie es secreto que las inversiones en infraestructura, tecnología y material humano para el sistema de salud a nivel nacional han sido escasas por no decir nulas.
Si a la realidad que nos encontramos en Santa María Xalapán le sumamos casos de coronavirus, como pueden suceder un muchísimas comunidades a nivel país, nuestra realidad se puede ver más complicada y por eso se hace un llamado a que las autoridades informen con mayor fuerza y se inicien o intensifiquen las campañas de información a nivel nacional y en al menos cuatro de los principales idiomas mayas.
Y sumado todo lo anterior, aún sin el riesgo de una epidemia como este que nos amenaza, termina uno de entender por qué la gente piensa en migrar a pesar de los riesgos y de las políticas endurecidas de los Estados Unidos. Qué desesperación deben sentir para arriesgarse tanto.
Algunas familias dieron sus testimonios en torno al impacto que en sus vidas tiene recibir remesas y lograr parte de su sustento gracias a las mismas y eso también nos recuerda que si no fuera por ese dinero que envían los migrantes, la nuestra sería una economía en total colapso.
Por eso es que hemos insistido en que las élites del país de todos los sectores deben ser capaces de alcanzar acuerdos mínimos, no solo para trazar las rutas de la recuperación de Guatemala, sino para salir al paso de los radicalismos que aprovecharán estas precariedades para exacerbar las condiciones que les permitan tener los réditos soñados.
Insisto, los Chávez en el mundo existen por las incapacidades de las elites de dar respuestas a situaciones como las que se viven en Santa María Xalapán y, por tanto, será un pecado mortal el que sigamos sin ponernos de acuerdo en los aspectos con los que podemos tocar la fibra de un sistema que ha sabido dejar a tanta gente atrás vía la corrupción y la eterna impunidad.