Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

Países como Guatemala, en los que nos hemos quedado algo rezagados en ciertos temas de salud y tecnología, no cuentan con los elementos para determinar de primera mano si un paciente tiene coronavirus y al día de hoy no ha quedado claro cómo han hecho o qué harán las autoridades para hacer las pruebas a los pacientes que permitan descartar o confirmar los casos del COVID-19.

Como país y desde hace décadas, dejamos de hacer inversiones que nos pudieran ir poniendo en una mejor posición, no solo para determinar la existencia de personas a las que le afecte un virus, sino también dejamos de invertir en tecnología, infraestructura y recurso humano.

Como bien han dicho los expertos, hay que lavarse las manos de forma constante para actuar de forma preventiva y ahí es donde se empiezan a complicar las cosas en un país como el nuestro, porque cuánta gente no tiene acceso a agua constante, dificultándose la lavada de manos de forma correcta y con la frecuencia que se necesita.

Además, preocupa que la precariedad de millones de guatemaltecos, especialmente aquellos que habitan en las áreas rurales del país, agrave la condición si los virus pegan en gente que vive en pobreza y peor aún, en condiciones de desnutrición.

Guatemala no ha invertido en conectar de forma tecnológica a sus casi 5 mil centros primarios de salud y por eso hoy no podemos saber a ciencia cierta qué está pasando en términos de la salud de los nuestros y no podemos generar grandes políticas de medicina preventiva o reaccionar de forma correcta ante los grandes rezagos que existen en ciertas zonas o regiones del país.

Esta crisis que ahora se avecina por el coronavirus y la noción que ha generado el COVID-19, nos debe hacer pensar en el futuro del país, y por eso es necesario que empecemos a trabajar en situaciones de corto, mediano y largo plazo. Los que viven en pobreza y con desnutrición, están en riesgo alto ante cualquier virus y esto debemos trabajar para cambiarlo.

Nunca le daremos un verdadero golpe a la desnutrición, por ejemplo, si no podemos controlar o saber a través de la tecnología el progreso de una mujer embarazada, saber cómo evoluciona ella y también el bebé. Si tuviéramos tecnología en los centros primarios de salud, nos permitiría tomar medidas para apoyarlas a que la desnutrición de un niño no comience desde la misma gestación por la falta de alimentación de la madre.

Y lo mismo ocurre con los niños, puesto que si desde que nacen los podemos monitorear, evaluar cómo es su progreso dentro de las curvas de crecimiento entonces podemos tomar medidas cuando necesitemos que un niño se alimente para que su cerebro se desarrolle y no pase a engrosar la cantidad de gente que se queda atrás en el país.

Debemos guardar la calma ante lo que será, sin duda, la entrada del coronavirus al país, pero debemos estar muy atentos para que las respuestas y apoyos sean efectivos, en especial en áreas de mayor vulnerabilidad y empezar a discutir, en serio, las medidas que deseamos tomar para invertir en nuestro sistema primario de salud y cómo, de la mano de la tecnología, podemos conectar los casi 5 mil centros junto con los 44 hospitales nacionales y así, poder pensar de verdad en una Guatemala diferente para las próximas décadas y generaciones.

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