Mariela Castañón

mcastanon@lahora.com.gt

Licenciada en Ciencias de la Comunicación, once años de ejercicio periodístico en la cobertura de niñez, juventud, violencias, género y policiales. Becaria de: Cosecha Roja, Red de Periodistas Judiciales de América Latina, Buenos Aires, Argentina (2017); Diplomado online El Periodista de la Era Digital como Agente y Líder de la Transformación Social, Tecnológico de Monterrey, México (2016); Programa para Periodistas Edward R. Murrow, Embajada de los Estados Unidos en Guatemala (2014). Premio Nacional de Periodismo (2017) por mejor cobertura diaria, Instituto de Previsión Social del Periodista (IPSP). Reconocimiento por la "cobertura humana en temas dramáticos", Asociación de Periodistas de Guatemala (2017). Primer lugar en el concurso Periodístico “Prevención del Embarazo no Planificado en Adolescentes”, otorgado por la Asociación Pasmo, Proyecto USAID (2013).

post author

Mariela Castañón
mcastanon@lahora.com.gt

El pasado sábado fueron trasladados 213 privados de libertad (30 expandilleros y 183 miembros de la Mara Salvatrucha) de la cárcel Fraijanes II a Pavoncito, con el fin, según las autoridades del Ministerio de Gobernación, de generar condiciones y controlar las prisiones. Sin embargo, en una publicación de elPeriódico se informó que la reubicación corresponde a la necesidad de desocupar la prisión para que se cumpla con la condena de reparación por fraude en la construcción de módulos de ese centro.

De acuerdo con la cartera de Seguridad, la intención de los traslados es mantener el control, pues en el caso de Fraijanes II, los presidiarios tenían el candado de la puerta de su espacio de reclusión; decidían quien podía entrar, pero ahora con el cambio de cárcel será el Sistema Penitenciario el responsable de la administración del espacio carcelario.

La versión oficial contrasta con la realidad, que está relacionada con la reparación digna que ordena la sentencia contra Salvador Gándara, exministro de Gobernación, así como de otras personas que aceptaron su responsabilidad por fraude y estafa en abril de 2018, según la noticia publicada por la colega Evelyn Boche, en elPeriódico.

En el año 2014 se reveló el imperio del reo Byron Lima en Pavoncito (ejecutado en 2016 tras ser trasladado a Pavón), quien tenía el negocio de los traslados ilegales junto a las autoridades de turno. ¿Hay algún cambio en la actualidad? Nada.

Ninguna de las 21 cárceles del país llena los requisitos de seguridad, mucho menos una granja como Pavoncito, pero lo más preocupante es que no hay lugar a donde enviar a los privados de libertad, porque, en parte, por situaciones relacionadas con la corrupción existen esas limitaciones.

Es importante que las autoridades de turno conozcan la información y la trasladen de la forma más honesta, para que la población conozca la verdad y los desafíos.

Otros factores importantes son el análisis de todas las acciones que realizan en los centros de detención, deben crear inteligencia para implementar acciones certeras y oportunas. Efectuar análisis minuciosos, perfiles de quienes trasladan, o están en esa prisión, considerar consecuencias y anteponerse a cualquier escenario del futuro.

En temas tan serios y relevantes no solo es importante la buena voluntad, o la cobertura mediática, debe prevalecer el análisis, la inteligencia, las decisiones acertadas. Ya no hay espacio para la improvisación.

Es urgente y necesario que el Gobierno planifique (con el principio primordial de honestidad y no de lucrar o encontrar un negocio) infraestructura a corto, mediano y largo plazo.

Además, se deben buscar los mecanismos para implementar el control telemático y el sistema de justicia debe considerar que la prisión preventiva debería ser la excepción y no la regla (según el perfil criminal del sindicado). Basta con darse una vuelta por las prisiones y ver las condiciones en las que mucha gente se encuentra, yo todavía no salgo del asombro de haber observado bodegas para recluir seres humanos.

Artículo anteriorNecropolítica y coronavirus
Artículo siguienteHablando de luces y sombras en la política