Emilio Matta

emiliomattasaravia@gmail.com

Esposo y padre. Licenciado en Administración de Empresas de la Universidad Francisco Marroquín, MBA de la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile, Certificado en Métodos de Pronósticos por Florida International University. 24 años de trayectoria profesional en las áreas de Operaciones, Logística y Finanzas en empresas industriales, comerciales y de servicios, empresario y columnista en La Hora.

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Emilio Matta Saravia
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En este mes de febrero hice un viaje al occidente del país y tuve la oportunidad de pasar por el Libramiento de Chimaltenango, calificado como una “megaobra” por nuestro torpe exministro de Comunicaciones, José Luis Benito, en grosera adulación a nuestro fatuo (y también torpe) expresidente, Jimmy Morales.

Dicho libramiento ya sufrió derrumbes en su primer invierno de vida, debido a su mal diseño y construcción, ya que en ciertos tramos los muros de contención no soportaron la saturación de agua de los suelos causada por las intensas lluvias (muy frecuentes durante estas épocas del año). Es obvio que solo un asno pudo seguir insistiendo en que dicho libramiento, con todas sus fallas técnicas y sin siquiera haber resistido un solo invierno, era una “megaobra”.

Pues al pasar por la mentada “megaobra”, pude observar (y fotografiar) partes que aún no han sido reparadas, donde lo muros aún no han sido reconstruidos y se puede observar que están quebrados y no ofrecen mayor resistencia ni seguridad. Estamos a 64 días para que inicie el mes de mayo, y con ello el invierno, es decir, comenzarán las lluvias en el territorio nacional.

Es por ello que nuestro actual Ministro de Comunicaciones, Josué Lemus Cifuentes y su equipo, deben tomar cartas en el asunto para priorizar la finalización de todas las reparaciones que están pendientes en el Libramiento de Chimaltenango antes de que un derrumbe pueda causar tragedias humanas, lo cual sería deplorable. Y en lo único que tuvo razón nuestro ignaro exministro Benito, fue que dicha obra beneficia a los habitantes de los departamentos de Quetzaltenango, Huehuetenango, San Marcos, Quiché, Sololá, Totonicapán y Chimaltenango, es decir, todo el occidente del país. Sin lugar a dudas, el impacto que tendría el cierre de este libramiento sería muy perjudicial para los departamentos mencionados anteriormente en términos de transporte de personas y también de productos, lo cual afectaría negativamente el comercio en el área disparando los costos de transporte desde y hacia el occidente del país. Se afectaría de forma directa a aproximadamente cinco millones y medio de habitantes (contando únicamente los departamentos del occidente de Guatemala), lo cual lo hace una prioridad para nuestro actual Ministro de Comunicaciones, en vista de que no lo fue para su antecesor.

Una persona vanidosa y petulante, a quien no le interesa nada más que si mismo, mide lo que hace en términos de su grandeza (tal como describió el exministro la “megaobra”). Una persona sencilla y humilde mide lo que hace en términos del impacto (positivo) que va a tener para las demás personas. Esa es una diferencia fundamental entre las personas arrogantes y ególatras que se creen líderes (pero que realmente no lo son) y quienes tienen una sincera vocación por servir a los demás a través de sus obras (y que llegan a ser, queriéndolo o no, verdaderos líderes).

Señor Ministro Lemus, sea usted un líder y ponga a su equipo a trabajar para reparar un trabajo mediocre realizado por la administración anterior, pensando en el impacto positivo que tendrá para nuestros habitantes.

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