Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

Los que quieren elegir cortes ya, sin importar los vicios, se agarran a que hay un rompimiento del orden constitucional desde que el 13 de octubre no se cambió a los magistrados de Corte Suprema de Justicia (CSJ) y Salas de Apelaciones. En su momento minimizaron el hecho que el Consejo de la Carrera Judicial (CCJ) no realizara las evaluaciones que por ley estaba obligada y que eran una pieza clave dentro de la elección.

Ahora, a pesar de los hechos de manipulación que se hicieron evidentes quieren elegir a puro sombrero a pesar del riesgo que conlleva incumplir con lo que manda la Constitución en sus artículos 2, 113, 203 y 205 (las negrillas son mías):

Artículo 2o.- Deberes del Estado. Es deber del Estado garantizarle a los habitantes de la República la vida, la libertad, la justicia, la seguridad, la paz y el desarrollo integral de la persona.

Artículo 113.- Derecho a optar a empleos o cargos públicos. Los guatemaltecos tienen derecho a optar a empleos o cargos públicos y para su otorgamiento no se atenderá más que a razones fundadas en méritos de capacidad, idoneidad y honradez.

Artículo 203.- Independencia del Organismo Judicial y potestad de juzgar. … Los magistrados y jueces son independientes en el ejercicio de sus funciones y únicamente están sujetos a la Constitución de la República y a las leyes. A quienes atentaren contra la independencia del Organismo Judicial, además de imponérseles las penas fijadas por el Código Penal, se les inhabilitará para ejercer cualquier cargo público. La función jurisdiccional se ejerce, con exclusividad absoluta, por la Corte Suprema de Justicia y por los demás tribunales que la ley establezca.

Ninguna otra autoridad podrá intervenir en la administración de justicia.

Artículo 205.- Garantías del Organismo Judicial. Se instituyen como garantías del Organismo Judicial, las siguientes: a) Independencia funcional b) La independencia económica…”.

Basta ver todo lo anterior para darnos cuenta que de proceder con la elección vamos a consumar una grave violación de la Constitución porque no habrá justicia independiente. Claro que los que hoy piden las cortes, nunca dijeron nada cuando Felipe Alejos condicionó el presupuesto del Organismo Judicial a que le declararan sin lugar su antejuicio y eso fue una muestra más de que no hay independencia.

Claro está que solo repetir el proceso no resuelve el problema sin que cambiemos las reglas, es decir, llevemos a cabo las reformas a la Constitución y por eso el amparo del Ministerio Público (MP) y su pedido por la reforma resultan monumentales y fundamentales de cara al futuro.

Sacan a los pobres voceros a pedir que se siga con la elección porque los que verdaderamente mandan entienden que, de consumarse una reforma, se acabarán los vicios que les han permitido meter sus manos en la justicia por tantos años. La metida de manos la empezaron unos pocos por ahora meten su mano muchos, desde chorreados, copetudos y mafias del crimen organizado.

Guatemaltecos, no le tengamos miedo a lo que viene. Quienes quieren asustar con que la reforma es muy delicada o peor aún, no necesaria ahora y que por eso elijamos y luego reformamos, nos quieren decir en otras palabras que si les cambiamos las reglas del juego les ponemos en riesgo sus planes para lograr impunidad, para quitarse los procesos que tienen encima y en el caso de otros, seguir sin poder gozar de su pisto mal habido y acumulado gracias a la impunidad.

Los magistrados que ejercen funciones lo hacen amparados en la Ley del OJ y por ninguna razón, podemos dejar que se consume una amañada elección que, como bien dijo la Fiscal, implica que en Guatemala siga existiendo una justicia que es dependiente de las mafias cuyos mercados pasan por la impunidad y la corrupción.

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