Fernando Mollinedo C.
En términos generales, desde que tengo memoria, he visto el desarrollo de las actividades administrativas y políticas del Estado; a veces, por las noticias o informaciones someras me di cuenta de que, ante los problemas planteados por diferentes segmentos de la sociedad, lo inmediato que hicieron los gobiernos de turno fue: conformar una comisión para… cualquier cosa, y después se diluyó en el tiempo la posibilidad de arreglo del problema planteado, quedando la población en el mismo estado de indefensión, desamparo y olvido.
Para los efectos del caso, al autorizar las comisiones se les dotó de medios materiales y financieros para solventar las dificultades planteadas y en el mejor de los casos, las respuestas o soluciones anunciadas sobre determinados problemas fueron negativas, tardías o solucionadas a medias. Es decir, que no se cumplió a cabalidad el objetivo de solventarlos.
En Guatemala, la prensa ha publicado durante el ejercicio de todos los gobiernos el fenómeno de los escándalos por el mal manejo de los fondos del Estado; no hay institución o dependencia alguna que se salve de haber sido objeto de saqueos, fraudes, depredaciones, despojos por los funcionarios y empleados quienes de una u otra forma dispusieron de los bienes nacionales cual si fueran propios.
El Ministerio Público, la Contraloría General de Cuentas de la Nación, los Juzgados y Tribunales de Cuentas y otras instituciones y dependencias encargadas de velar por el patrimonio nacional han brillado por su ausencia en la defensa de los intereses del país; y en otros casos, justificando las irregularidades promovidas, avaladas por las mismísimas autoridades de turno que dispusieron del patrimonio nacional entregándolo, cediéndolo, concesionándolo, alquilándolo y hasta justificando hasta ofreciéndolo a otros países o empresas transnacionales ¿a cambio de qué?
El gran problema del porqué en Guatemala a pesar de las denuncias, cachadas in fraganti, hueveos, saqueos, robos, hurtos, apropiaciones indebidas, fraudes, estafas, timos, chantajes y otras clases de conductas ilegales debidamente comprobadas, los organismos del Estado (Legislativo, Ejecutivo y Judicial) no reaccionan realizando y ordenando las acciones correspondientes para preservar el patrimonio del mismo Estado y de la población.
¿Qué porcentaje de los funcionarios y empleados del Estado, luchan por obtener esos empleos con el único fin de hacerse ricos haciendo toda clase de negocios particulares utilizando la administración pública? ¿Cuál es su verdadero interés? ¿Cómplices y actores del gran hueveo nacional de todos los tiempos?
La Historia de Guatemala nos muestra que, el inmisericorde saqueo al Estado fue visto por la población indiferente, desganada y apática a través de los años; salvo dos o tres manifestaciones importantes a lo largo del tiempo han dado muestra del hartazgo que se tiene del sector político para que siga gobernando.
Los millonarios ya están cabales y los ricos acrecientan sus fortunas, ambos, utilizan a los políticos como sirvientes para controlar que la población no haga olas.