Cartas del Lector

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Edgar Villanueva
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Esta semana, el Ministerio Público dio seguimiento a una denuncia que indicaba que Gustavo Alejos, quien guardaba arresto en un sanatorio privado, sostenía reuniones sin autorización del Juez fuera de dicho sanatorio y sin la custodia del Sistema Penitenciario. Los indicios preliminares muestran que se reunía con abogados involucrados en los procesos de Comisiones de Postulación y entre los hallazgos se encontraron magnetos con los nombres de diputados y los símbolos de los partidos a los que están afiliados.

A lo Frank Underwood, el Congresista estadounidense de la serie House of Cards (personalizado por el actor Kevin Spacey), el señor Alejos tenía su rompecabezas legislativo para la elección de Magistrados a la Corte Suprema de Justicia y de Salas de Apelaciones. La diferencia es que Spacey encarna a un diputado electo al Congreso cuyo trabajo (House Majority Whip) es precisamente encargarse de asegurar el voto de su partido según los lineamientos de este, mientras que el señor Alejos es un ciudadano “común” que, además de estar investigado por influir ilegalmente en otros procesos de postulación, está bajo arresto por ese y otros casos.

Este episodio, bañado en tequila Don Julio 70, de los procesos de postulación evidencia nuevamente su permeabilidad y el tráfico de influencias que siguen realizando grupos de interés. Esto necesariamente implica que algunas de las redes que se han ido atacando, no desaparecen, sino que se sustituyen para seguir persiguiendo los mismos fines: tener “alineados” los apoyos necesarios para seguir manipulando el sistema. A pesar de estos grandes problemas, el proceso de elección de Magistrados debe de seguir y sería ideal (aunque poco probable) que el Congreso se abstenga de elegir, por lo menos, a los que han sido evidenciados en reuniones con grupos de interés o en sus vínculos con organizaciones criminales para ir haciendo una limpieza del sistema.

Nuevamente se oyen cantos de reforma de la Ley de Comisiones de Postulación e incluso de la Constitución para modificar la manera en que elegimos jueces y Magistrados. Considero que, en este contexto, no hay que descartar estas posibilidades y que, en paralelo, se deben de buscar los mecanismos para fortalecer las investigaciones y la aplicación de la ley alrededor de las influencias y componendas ilegales que se dan actualmente. En el contexto político, es casi imposible hacer borrones y cuentas nuevas en los procesos sin violentar otros derechos y lamentablemente seguiremos esperando que todo salga “lo mejor posible”.

House of Cards nos ilustra cómo estos procesos de búsqueda de consolidación de poder pueden llevar a los seres humanos desde el chantaje hasta la violencia física, y sacan a la luz cómo los intereses de diferentes personas se entrelazan y a veces se acomodan para ganar influencia. Es importante erradicar el tráfico de influencias hasta en sus más benignas manifestaciones, cualquier reforma que se pretenda hacer debe de basarse en principios objetivos, donde no importa quién me “dio la bendición”, sino cuales son mis calificaciones y experiencia para ostentar el puesto público.

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