Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt
@ppmp82
Pocas cosas duelen tanto como cuando cometemos errores que afectan el bien más preciado que tenemos en La Hora: la credibilidad, y por eso ayer hicimos la corrección, pedimos una disculpa y hoy pretendemos asumir el error sin cortapisas.
El martes publicamos que el Congreso de la República había gastado Q29 millones en alimentos para los diputados y no es cierto, ese fue el monto que pagaron en dietas y para satisfacer la alimentación de los legisladores se gastaron 4 millones de quetzales.
No importa cómo se originó el error, las fallas que tuvimos en el proceso para solventar las dudas que se tuvieron o la verificación de las fuentes. Al final del día yo soy el director de La Hora y la responsabilidad empieza y termina conmigo.
La Hora fue fundada como un medio en contra de todo tipo de dictaduras y para cumplir a cabalidad el propósito, entendimos que la precisión de lo que publicamos es clave. Con humildad sabemos que hemos dado pasos importantes para ir, todos los días, ahondando en nuestra credibilidad, pero con más humildad reconocemos cuando cometemos errores que significan una salida en falso.
Ayer, al darnos cuenta, publicamos la aclaración, pedimos disculpas y presentamos la información correcta. En un mundo en el que mucha gente repite mentiras que ven en perfiles falsos de redes sociales o mentiras que les cuenta alguien quien “dice” que “le contaron”, los errores podrían ser asumidos como una parte muy natural del quehacer humano.
Pero aquí en La Hora lo tomamos muy en serio porque reconocemos un error, asumimos responsabilidad y pedimos una disculpa cuando “la volamos”, ya que con esa misma entereza defendemos los trabajos que hacemos sin errores y que logran reportar incómodas realidades que afectan a nuestro país y su gente.
El día que publicamos que Sandra Torres había pactado con Gustavo y Felipe Alejos para traicionar a la UNE, Orlando Blanco dijo que eran mentiras y el martes mismo, se comprobó que las fuentes que pidiendo no ser citadas confiaron la información a La Hora, no habían mentido.
Días antes hicimos ver cómo, para nombrar a una jueza de Paz, se había activado un entramado de poder y eso le abrió los ojos a mucha gente porque si para nombrar un juez de rango menor estaban violando la ley, ¿Qué no estarán dispuestos a hacer para nombrar magistrados que garanticen impunidad?
Lo que sí le puedo asegurar estimado lector es que el error del martes, como algunos otros, son eso (errores genuinos) y no “voladas” que se comenten por satisfacer la agenda de terceros. Seguiremos haciendo nuestro mejor esfuerzo por ir tratando que cada día se cometan menos errores, aunque sabemos que nunca lograremos una exención vitalicia de errores porque no existe la perfección.
Hemos logrado llegar al año del centenario en medio de todo lo que nos ha tocado vivir porque desde que se fundó hemos dado la cara, la seguimos dando y la continuaremos dando en los buenos y en especial en los malos ratos.
Reitero mis disculpas a los lectores por el error del martes. Siempre he dicho que más que la caída cuenta la levantada y seguimos de pie para seguir haciendo de La Hora el grupo editorial de todos los que sueñan con una Guatemala distinta.